Chañaral: La urgencia en salud tras la emergencia
Culpabilidad
Sr. director: Desde que comenzamos a aprender de nuestra historia, el nombre de Arturo Prat Chacón, se lleva gran parte de nuestro interés por saber más de su corta vida , pero tan llena de gloria, que tuvo su punto más alto, aquel 21 de Mayo de 1879 a bordo de la Corbeta Esmeralda, en la que ofrendó su vida antes que arriar nuestra bandera ante el enemigo, la historia y los años se han encargado de relatarnos con mucho detalle el desarrollo y fin de aquella gesta acometida por un puñado de corajudos chilenos con el Capitán Prat a la cabeza…, en particular la decisión de saltar al acorazado Huascar, el sublime abordaje, que sobrecoge, cuando el relato cuenta que la Esmeralda, ya no podía resistir los espolonazos de su enemigo, había heridos y llamas por doquier y el Huascar se venía de nuevo encima, sin lugar a dudas a poner fin al combate, entonces no lo pensó dos veces y declamó su famosa arenga a sus muchachos y al estrellón gritó…¡al abordaje!… ese salto no solo lo llevó a la inmolación por su bandera, sino que lo catapultó a la gloria de héroe junto a toda la marinería de la Esmeralda, tener el eterno respeto de todos los chilenos…, su arrojo y sacrificio caló hondo en los chilenos quedando grabado en sus ADN, es cosa de ver como ante tantas adversidades naturales, personales y familiares siempre está la disposición, sin miedo, a dar el salto a lo desconocido, para buscar una mejor calidad de vida para los suyos…aún resuenan sus palabras…¡ Muchachos la contienda es desigual…! Para todos los caídos aquel 21 de Mayo todo nuestros recuerdos y respetos.
Luis Enrique Soler Milla
El fin de semana pasado la ciudad de Chañaral revivió la pesadilla del aluvión, debido a las copiosas que cayeron en la Región de Atacama. Situación que ya había sucedido en 2015, pero que en esta ocasión provocó la división de la ciudad en dos, producto del desborde del río Salado, arrasando con 150 casas.
Al igual que con el aluvión de marzo de 2015, la lluvia y el posterior frío en la zona constituyen un terreno fértil para la aparición de problemas de salud, tales como las afecciones respiratorias. Asimismo, las dificultades en la provisión de agua (recordemos que 40.300 casas quedaron sin suministro) y de, eventualmente, alcantarrillado es terreno propicio para que las enfermedades entéricas se hagan también presentes.
Pasada la emergencia, con evacuación de población mediante, llega el momento de poner atención en la salud. Tareas asociadas a la recomposición del lugar, también pueden impactar en la salud de las personas como, por ejemplo, la remoción de barro y escombros que puede producir laceraciones y heridas en quienes estén cumpliendo esta labor, por lo que es aconsejable usar indumentaria que los proteja de cortes o heridas punzantes. De hecho, si se tiene que hacer remoción de escombros, es recomendable vacunarse contra el tétano.
En el caso de las personas que se encuentren albergadas, es importante mantener las condiciones de higiene, abrigo y recreación adecuadas, haciéndoles entrega de agua bebestible sanitizada.
El equipo de atención primaria debe desarrollar un catastro de los daños de su comunidad y coordinar los recursos para dar respuesta a los enfermos, según su capacidad o solicitar ayuda a niveles más especializados. No olvidemos que, además, en esta oportunidad el hospital de Chañaral resultó gravemente afectado, por lo que será necesario disponer de lugares adecuados para cumplir con las labores de atención sanitaria.
La clave, en esta fase, es proveer atención de morbilidad respiratoria u entérica, que serán los servicios más requeridos. Vacunar a la población que lo necesita y educar en medidas sanitarias de emergencia, como el potabilizar el agua, son determinantes en estados de emergencia como está viviendo nuevamente el norte de nuestro país..
Doctora Nelly Baeza, directora del Centro de Salud Pública U. Central
Muchos de los militares que cumplen condenas privativas de libertad en Punta Peuco y en otra cárceles del país, en la época en que ocurrieron los hechos eran jóvenes oficiales, suboficiales o personal de tropa que se limitaron a cumplir órdenes que no podían desobedecer (de acuerdo con las normas del Código de Justicia Militar), razón por la que están exentos de culpa y, por tanto, de responsabilidad criminal.
La culpabilidad es un juicio de reproche, eminentemente personal, que la sociedad formula al autor de una conducta típica y antijurídica, porque en la situación concreta en que se encontraba podía haber evitado su perpetración, y de esta forma haber actuado conforme a Derecho.
Al principio de culpabilidad se le reconoce como la piedra angular del derecho a castigar. La culpabilidad es el fundamento y medida de toda pena. No hay pena sin culpabilidad (nulla poena sine culpa). La particular trascendencia del principio de culpabilidad y su falta de consideración en los juicios contra los militares -en los que no se toman en cuenta diversas causales de inculpabilidad y se olvidan las particularísimas circunstancias contextuales- constituye una injusticia enorme. Resulta absolutamente inaceptable sancionar a una persona sin considerar su culpabilidad como condición y medida del castigo o absolución que se le otorgue. Y esto es lo que ocurre, lamentablemente, en todos los juicios que han terminado en sentencias condenatorias.
Adolfo Paúl Latorre. Abogado