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Las seis horas en que el agua y barro se tomaron las calles de la capital regional

EMERGENCIA. Cientos de vecinos vieron sus casas o barrios afectados.
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Alejandro Núñez

Miedo, ansiedad y pena fueron los principales sentimientos que afloraron en la comunidad de Paipote en Copiapó al escuchar el sonido particular de miles de metros cúbicos de barro, escombros y piedras que amenazaban con destruir todo a su paso.

La vigilia de los vecinos había comenzado el pasado miércoles con las primeras gotas de lluvia, pero con el inicio peak de las precipitaciones a las 10 de la noche sus peores temores se volvieron realidad. La defensa de la Quebrada Paipote se estaba colapsando.

Fue cerca de las dos de la madrugada cuando el rumor en las redes sociales se hizo eco en la zona. La quebrada estaba activándose de manera muy rápida y se temía que colapsara. Inmediatamente cientos de personas se acercaron hasta la defensa y al puente mecano ubicado a un costado del cerro que decenas ocuparon como zona de seguridad.

Elizabeth Godoy, que a pesar del riesgo llegó a ver la quebrada, comentó que a las 11 de la noche del viernes aproximadamente el flujo de material se acercó al borde de la defensa. Cerca de las cuatro de la madrugada y mientras explicaba que la curva que precede al puente es el punto débil de la estructura de mitigación el mismo punto colapsó.

Con el pasar de los minutos el pequeño hilo de barro se apropió de las primeras casas y con una fuerza imponente derribó puertas, trasladó estanques de gas fácilmente y carcomió las paredes de la defensa.

Ante ese panorama molesto se vio a Jorge Soto quien criticó "la falta de más medidas preventivas" para evitar los daños por la quebrada. A pesar de los llamados a evacuar a los albergues definidos el hombre se negó dado al miedo que existía en varios vecinos por el peligro del robo de sus cosas.

A sus 81 años Arnoldo Elgueta emocionado al ver nuevamente la ola de barro repitió en voz baja "está fea la cosa, está fea la cosa". El hombre explicó que el 25 de marzo de 2015 lo dejó enfermo porque se pone a llorar cada vez que lo recuerda.

En paralelo y al frente del Mall Plaza Copiapó el río se desbordaba inundando la Avenida Copayapu, Freire, la calle Talcahuano, la calle Las Heras, entre otras. Cabe señalar que el flujo de la Quebrada Paipote reforzó el cauce del río al decantar en sus aguas.

A pesar de los preparativos de los residentes del sector, la fuerza del río igual superó las barreras. Ángelo Fuentes se reunió con todos sus vecinos para hacer un muro de sacos para proteger su vivienda, pero igual ingresó el agua.

Al avanzar se encuentra el sector de San Francisco de La Selva. Encerrada en su casa Marcela Fernández observa como su entorno se repleta de lodo y con gritos ayuda a los voluntarios para que no caigan en hoyos del sector que puede ser peligroso.

Fernández recordó que la inundación tomó cerca de 3 minutos al igual de lo ocurrido el 2015 y haciendo una pausa señala "me estoy aguantando para no llorar". A diferencia de esa emergencia la mujer reconoce que "hoy al menos logré salvar algo".

"En tres minutos la cuestión se inundó completa y para el aluvión yo perdí todas mis cosas. Por lo menos ahora logré salvar algo".

Marcela Fernández, Vecina"

Los riesgos que se vivieron durante la madrugada

SUCESOS. Peligro por la activación de la quebrada se sumó al desborde del Río Copiapó.
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"Arranquen se viene la quebrada" fue el grito que arrojaron personas en el cerro de Paipote a la decena de vecinos que se encontraban mirando en la defensa del sector. La acción generó la huida y pánico de los pobladores.

Esta fue una de las situaciones de riesgo a las que se expuso la población durante el sistema frontal que enfrentó la zona. Otro de los casos en la Quebrada Paipote fue la gran cantidad de pobladores en estado de ebriedad cerca de la defensa con el claro peligro de caer al flujo de barro y escombros.

Uno de los hechos más peligros fue un joven que se puso a beber al lado de la ola de lodo. Ante esto lo vecinos con gritos pidieron que saliera, el joven no consideró las alertas y finalmente las policías intervinieron y solicitaron al sujeto evacuar el sector.

Rescatistas

Por el desborde del río Copiapó decenas de vecinos no pudieron salir de su hogar y para ellos un grupo de rescate de minería ayudó a las personas. En un punto fue tal la fuerza del barro que superó el metro y medio dejando a cinco voluntarios atrapados en dos vehículos.

Ante la llamada de auxilio llegaron bomberos para ayudar a sus colegas que se veían en una seria situación de peligro ante la posible caída de una de las personas o que el río se llevara las dos camionetas.

Luego de más de una hora de trabajos un grupo de rescatistas llegó hasta los vecinos atrapados para poder ayudarlos. Luego de asegurar la zona los cinco rescatistas salieron airosos de la situación.

El jefe de rescate de la minera Carola, Pedro Rivero fue uno de los atrapados. El voluntario informó que el cambio repentino de la fuerza del río los sorprendiendo sin poder salir a tiempo.

Con buen humor, el hombre agregó que "el río nos agarró por atrás y no quisieron flotar las camionetas". Para evitar ser arrastrados por la corriente el equipo amarró los vehículos a los árboles y esperaron que los ayudaran.

A pesar del susto, luego de ser auxiliados el equipo inmediatamente salió para conseguir nuevos móviles y seguir ayudando a la gran cantidad de personas que se encontraban encerradas en sus hogares y con el peligro del río.