ReExiste evidencia que indican que la prevención de las oportunidades delictivas permite efectivamente una reducción de la delincuencia, y es en este sentido que se han definido algunas estrategias basadas en la premisa que el diseño del entorno urbano puede constituir una importante herramienta.
Estas políticas anti delincuencia deben emplearse a todo nivel y no sólo desde el ámbito central del estado, sino también en los nuevos proyectos inmobiliarios que se desarrollen y más aún introducir valiosa información en las mallas curriculares de paisajistas, ingenieros y arquitectos.
Estas estrategias se basan en la criminología ambiental abarcando teorías como la de patrones de actividad rutinaria de elección racional y de prevención situacional, reafirmando la influencia de los factores ambientales y de la oportunidad para la prevención de la delincuencia.
Pese a que los diseños de los barrios antiguos ya están definidos, pueden introducirse reformas sustanciales para enfrentar la actividad delictual, disminuyendo la sensación de temor y aumentando la calidad de vida. A partir de allí, las futuras estrategias deben apuntar a generar o posibilitar que dichas actividades consideren la realidad social del área analizada, toda vez que existen casos en que dichas iniciativas no han tenido buenos resultados por falta de vínculos entre sus habitantes.
Ello, se traduce en que los habitantes de un área urbana tomen conciencia respecto al rol que les cabe en la prevención de conductas que puedan facilitar la perpetración de delitos. Estos principios básicos de espacios urbanos seguros dicen relación con una vigilancia natural, la cual nos permite tener la habilidad de ver y ser visto, de sentir confianza en el espacio urbano por sus características físicas y las personas que lo habitan.
El reforzamiento natural de accesos es otro de los principios básicos, ya que nos otorga lazos de afecto del habitante con su entorno y por lo tanto lo cuida. Control natural de accesos, principio que se orienta hacia la existencia de accesos y salidas claramente establecidas en las áreas urbanas y mantención de espacio público.
Es por esto, que esta visión del diseño ambiental seguro implica mayores responsabilidades hacia la comunidad, que apunta a expandir la perspectiva de la teoría de elección racional hacia el rol de la víctima, la cual busca centrar un análisis no sólo en las decisiones del individuo que delinque, sino también a las decisiones tomadas por las víctimas de delitos. La confianza es fundamental para la integración, ocupar el espacio ayuda a la vigilancia natural del entorno y a reducir el temor.
Mauro Victtoriano Krebs
Jefe de la Tercera Zona Atacama