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Amanda Moya Klein grabó "Ciruelas y humo verde"

En resumen

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-¿Cómo partió la idea de "Ciruelas y humo verde"?

-A partir de un cuento escrito en 1994 por mi papá, Carlos Mora, ilustrado y diseñado artesanalmente por mi mamá, Erika Klein. Es la historia de un solitario anciano que vive en un mundo carcomido por la contaminación ambiental de una fábrica de exportación de frutas. Cuando niña siempre me llamó la atención ese libro "tan extraño" y grueso que yacía en una repisa de mi casa. Después me involucré con su trasfondo medioambiental y lo vinculé con las corrientes de ciencia ficción retrofuturistas del dieselpunk y el steampunk.

-¿Qué es lo más cautivante del cine y la animación?

-El cine es una herramienta mágica que, al igual que el sueño, abre nuestras posibilidades hacia lo imposible. Bajo su careta, a veces realista, oculta sutilmente atisbos de un universo que intriga y provoca emociones infinitas según quien hace o quién observa. La imaginación se convierte en una herramienta para darles vida a mundos y objetos que para otros no la tienen. Por otro lado, la animación es una muy buena herramienta para darle vida a esa imaginación infantil que aún yace escondida entre nosotros, sin catalogarla como un cine hecho "para niños".

-¿Cómo fue trabajar junto a Alejandro Sieveking?

-Estaba muy nerviosa, porque no tenía experiencia de trabajo con actores y menos con alguien que lleva toda una vida dedicado al arte. Fui a su casa a contarle el proyecto y terminamos conversando de muchas más junto a su compañera de vida Bélgica Castro. Me sorprendió que hiciera collages, ya que yo también hago e intento aplicar la técnica al audiovisual, a través de la mezcla de formatos. En la preproducción y rodaje me sorprendió por su aporte en pos del personaje. Fue una muy grata experiencia, aprendí muchísimo.

Al menos tres técnicas combinó la ilustradora Amanda Moya en "ciruelas y humo verde".

3 preguntas

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"Ciruelas y humo verde" es un cortometraje de ciencia ficción retrofuturista dirigido por Amanda Moya Klein y producido por Jetzabel Moreno. Lo protagoniza Alejandro Sieveking y fue rodado en Valparaíso. Mezcla la ficción con actores reales, animación tradicional en 2D y la técnica de la rotoscopía.

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"A hard day's night": Los Beatles frente al espejo

A 53 años de su debut, el 2 de abril se reestrena en salas chilenas la película que definió la estética de la banda de Liverpool y abrió nuevas puertas para el cine pop. Una humorada incombustible.
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El gran enemigo de "A hard day's night" es el tiempo. No porque haya envejecido mal -no hay dudas de que el ejercicio de docuficción de Richard Lester sigue funcionando a la perfección- sino porque Los Beatles y compañía establecieron cánones que a estas alturas están demasiado instalados en el imaginario pop.

Dejemos de lado las canciones (esa inagotable fuente de ideas que da para múltiples conversaciones) y pensemos en esas imágenes aceleradas, fragmentadas y montadas a un ritmo frenético que, con dos décadas de premura, se adelantaron a MTV. O concentrémonos en ese espíritu lúdico sin concesiones que de alguna forma inspiró los falsos documentales escritos por Christopher Guest ("Esto es Spinal Tap") o incluso "The Rutles", comedia paródica que se mofa justamente de la película de Los Beatles.

En términos narrativos, Lester también buscó la libertad a través de una sucesión de viñetas humorísticas intercaladas con canciones como "A hard day's night", "She loves you", "And I love her". El collage es anárquico, frenético, icónico, distinto a lo que se hacía en esos años en los que el rock and roll comenzaba a ser una industria. Completamente opuesto al convencionalismo de los largometrajes argumentales de Elvis.

En un blanco y negro que tiene tanto del Free Cinema británico como de la estética de los reportajes de la época, saltamos de un momento iniciático -los "cuatro de Liverpool" arrancando de fans histéricas- a un tren que se convierte en escenario de una pequeña comedia absurda de enredos. Los protagonistas son John, Ringo, George, Paul y el abuelo de éste, personaje humorístico que funcionará como catalizador de las dinámicas del filme. Posteriormente, la banda continuará provocando líos en una fiesta lujosa y en un canal de televisión, donde el director será un antagonista pasajero.

Lo interesante del argumento es que Lester estaba apostando por la autoficción en tiempos en que el recurso era insospechado. Los Beatles interpretan a Los Beatles, y el guión -firmado por Alun Owen- juega con sus personalidades. Paul, guardián de su abuelo, está encadenado a una vieja tradición británica (los guiños musicales a otras épocas son aportes suyos); John es burlesco y parece encarnar la naciente rebeldía juvenil; George es sereno y secundario; mientras que Ringo concentra el humor. Lester le reserva una larga secuencia en la que se mete en problemas con la policía y, sin querer, tira a una chica al fondo de un pozo ciego. Ringo se transforma en el Chaplin del rock and roll.

en la cinta, los beatles interpretan a los beatles.

Ringo Starr en la cinta.


en resumen

El director Richard Lester tiene 85 años y dirigió también "How I won the war" (con John Lennon), "Superman (I y III) y tres piezas de la saga "Los tres mosqueteros".

Por Andrés Nazarala R

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