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El Sernageomin aconsejó, para evitar desastres, ubicar las viviendas, al menos, a 50 metros a ambos lados de las quebradas, reduciendo así el impacto del flujos de materiales que podrían generarse con lluvia. También identificar las laderas inestables donde podría haber caída de rocas y deslizamientos de suelos. En la zona costera, respetar línea de seguridad de 30 metros sobre el nivel del mar, con el objetivo de evitar que las viviendas sean inundadas por algún maremoto, y velar porque las zonas de evacuación estén aguas arriba o fuera del cauce de residuos.