Empresa belga que implanta chips a sus trabajadores se defiende de las críticas que ha recibido: "No somos Gran Hermano"
Implantarse un microchip de identificación bajo la piel es, para algunos, el siguiente paso natural hacia el "internet de las cosas" y una puerta hacia un futuro en el que la tecnología estará al servicio del ser humano, directamente incrustada en su cuerpo.
Para otros, que una empresa proponga a sus empleados que se injerten en el organismo una "cápsula" para abrir puertas o acceder al ordenador supone una pérdida de libertad y privacidad en una carrera hacia una sociedad donde la tecnología, al servicio de Gobiernos y empresas, sirve para controlar a los ciudadanos.
"No somos Gran Hermano y no podemos rastrear a nuestros empleados con el chip (...) Es solo una manera más fácil de abrir las puertas o acceder a tu ordenador. Es completamente voluntario", aseguró a EFE Tim Pauwels, socio director de NewFusion, una empresa belga de software especializada en marketing digital que ha implantado un chip a 12 de sus empleados.
El dispositivo, similar al que se usa en mascotas, consiste en una funda de cristal poco más grande que un grano de arroz con tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFDI) y una memoria de 868 bytes. La tecnología RDFI puede ser activa, cuando emite señales rastreables.
El chip se inserta en la mano y funciona como una patente cuyo número de serie puede cambiarse desde una app del teléfono móvil. No contiene ningún dato del usuario y no emite señales que permitan localizarle, sino que sustituye a las tarjetas que se usan en muchas empresas.
"Los que no quieren el chip pueden utilizar la tarjeta. Algunos de nuestros empleados, especialmente mujeres, usan un anillo o un brazalete con la misma tecnología dentro", explicó Pauwels.
"No puedes rastrear a nadie porque no tiene GPS ni otro sistema de geolocalización" y "un profesional puede retirarlo o reemplazarlo fácilmente", subraya el fundador de NewFusion, Vincent Nys, que considera "ingenuo pensar que nuestra localización y nuestra privacidad son seguros".
En empresario imagina otros usos, como para sustituir a los pasaportes, las tarjetas bancarias y abonos de transporte o incluir información médica que para conocer el tipo sanguíneo de un herido inconsciente al que hay que atender urgentemente, o si es alérgico a algún medicamento. Incluso implantes que midan parámetros médicos en tiempo real, como el azúcar en la sangre de un diabético o la presión arterial.
la empresa belga NewFusion le implantó un chip que reemplaza la tarjeta de identificación a varios de sus empleados. 2016
dólares cuesta el chip que la empresa le insertó en el organismo a 12 de sus empleados que aceptaron hacerlo. 106