Copiapina enfrentó Parkinson con el uso de marihuana
CANNABIS. Según la información de Fundación Daya, esta planta fue clave en la lucha contra la enfermedad que padece la mujer.
Wilda Veliz, tiene 83 años, fue diagnosticada de Parkinson, enfermedad que la dejó postrada durante más de cuatro años. Sin embargo hoy la mujer puede caminar apoyada de un burrito gracias al aceite de cannabis que consume hace más de un año.
Según información entregada por la Fundación Daya, el uso de marihuana medicina en aceite habría sido uno de los factores clave en la mejora que ha vivido una copiapina.
Primeros pasos
Su hijo, Francisco Lara comentó a Fundación Daya que vio un reportaje por televisión en el cual se mostraban los efectos positivos del cannabis en algunas enfermedades crónicas por lo que "decidimos como familia investigar sobre las propiedades de la planta y logramos elaborar aceite de cannabis con muy buenos resultados", expresó Francisco.
Sin embargo, relató que en un comienzo su madre se rehusó a usar cannabis como tratamiento, por los estigmas que rodean a la planta. De hecho, según contó Francisco, la primera impresión de su madre fue lejos de lo esperado, ya que reaccionó diciendo "cómo me van a dar eso". "Le dije que lo intentara y que sólo faltaba ella, pues hay mucha gente que se beneficia del cannabis y con magníficos resultados", relató su hijo.
Con estas palabras Wilda se convenció de intentar. Desde el año 2016 ocupa esta medicina de forma constante, con grandes resultados ya que según lo que Francisco relató a la organización, ya a la semana de iniciar el tratamiento "hubo una gran mejoría en su estado anímico y esto la llevó a querer levantarse de su cama. Entonces empezó a tener movilidad en sus piernas y brazos, sin ninguna otra ayuda médica de por medio. El cannabis le devolvió la independencia a mi mamá y nos alivianó el trabajo que requieren sus cuidados. Se está atreviendo a hacer cosas del hogar y con mucho ánimo, algo impensado hace un tiempo atrás", comentó.
Elaboración
Durante los años que Wilda estuvo postrada consumió medicamentos bastante costosos, sin embargo el aceite ofreció una salida mejor, ya que podían elaborarlo ellos mismos.
Para generar el producto de cannabis Francisco se apoyó en información de Fundación Daya y un medio español, fue aprendiendo de forma autodidacta. La primera planta que cultivó era del tipo sativa, su cosecha fue la primera materia primera para elaborar su tratamiento.
Este proceso, aseguró Francisco, ha "ayudado a mejorar el estado anímico de mi madre (pero) la que mejor resultados nos ha dado es la White Widow (un tipo de planta de marihuana)".
Ayuda en Atacama
Debido a los efectos que, a juicio de Francisco, en la práctica se demostraba, decidió ayudar anónimamente a sus amigos en situaciones parecidas, sumándose a la red de ayuda anónima de Atacama.
"Somos varias familias que nos reunimos y nos ayudamos. Algunas tienen a sus hijos con Epilepsia Refractaria o Síndrome de West. Hemos tenido sólo resultados favorables. Niños que estaban en pésimas condiciones de vida y ahora tienen calidad de vida. Tenemos niños que asisten a la Teletón y los mismo terapeutas de la organización no esperaban ver los resultados que tienen ahora. Hay médicos interesados en sumarse a esta iniciativa de ayuda, porque han visto el resultado que otorga el cannabis", comentó Francisco.
Entre los pacientes apoyados por esta red solidaria anónima existe el caso de dos pequeños con autismo y elevado nivel de agresividad, los cuales consumen derivados terapéuticos del cannabis con buenos resultado. Según relató el hijo de Wilda "es increíble el efecto que produce el cannabis. En algún momento lo probé de manera recreacional y en verdad no tiene nada que ver con lo medicinal. Son cosas muy distintas".
De esta manera, Francisco comentó a Fundación Daya que en la actualidad y pese al rechazo inicial de la familia, hoy la mayoría de las enfermedades presentes entre sus consanguíneos, son tratados a través de productos de cannabis.