Rigoberto Clare, es uno más de los copiapinos que aprovecha la temporada estival para trasladarse hasta las playas de Caldera, en su caso, para ser oportuno ante la llegada de turistas y comercializar productos en las playas de la zona.

De esta manera, Clare llegaba hasta la ciudad costera para vender helados a los veraneantes. Sin embargo, este heladero tenía un particular secreto.

Rigoberto Clare era hasta la noche del viernes, un prófugo de la justicia por el delito de homicidio frustrado, condenado hace algunos años.

En esa oportunidad el hombre había sido condenado a cumplir pena de reclusión nocturna por 246 días en el penal de la capital regional. Con el tiempo, el beneficio fue aumentado y pasó a reclusión nocturna domiciliaria. Sin embargo y según constó en la audiencia realizada ayer, el sujeto habría incumplido con la sentencia decretada por la justicia, por lo que durante el 2016 su pena fue reajustada y se decretó reclusión nocturna al interior del penal.

Sin embargo, Clare continuó con sus inasistencias, por lo que se decretó orden de detención en su contra.

Con estos antecedentes, fue detenido en horas de la tarde del viernes cuando, según alegó, se dirigía a su reclusión. Además el condenado defendió sus inasistencias, debido a sus obligaciones de comercializar helados en las playas de Caldera, que le impedían volver durante todas las noches a Copiapó, debido a los costos de los pasajes de regreso.

De acuerdo a su historial de incumplimiento de la sentencia, el juzgado decretó que el sujeto cumpla el resto de su condena al interior del recinto penal, para evitar que nuevamente incurra en incumplimientos de la justicia.