Un joven de 18 años decidió hacer una fiesta para los dos amigos con los cuales vivía, estos últimos compartieron con él, sin saber que uno de ellos era quien pagaba cada cosa comprada para la fiesta, debido a que había sido víctima de un sabotaje informático.
Según los antecedentes entregados por Oscar Laporte, subjefe de la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) de Copiapó recibieron una denuncia respecto a que "dos personas, quienes son trabajadores de una empresa contratista que efectúa labores en la ciudad, señalaban que habían sido víctimas de uso malicioso de sus tarjeta de crédito o débito, lo que creían en ese momento", dijo.
Sin embargo, lo que ellos desconocían era que su compañero de trabajo, con el cual vivían, había fotografiado las tarjetas de clave de transferencia de a cada uno y además conocía la clave personal que usaban en el cajero. "Con los antecedentes se pudo establecer que se vulneró la seguridad, en este caso tanto de la tarjeta como de su clave de cajero automático y se había efectuado una transferencia. Una tercera persona obtuvo de manera maliciosa la clave y fotografió la tarjeta de clave de transferencia", explicó.
Luego de ello, el joven de 18 años, ingresó a la página y con los datos del rut de uno de sus compañeros, cambió el perfil del usuario y transfirió la plata a la cuenta de él y después la retiró. En un caso pudo hacerlo, sin embargo en el otro el sistema de Banco Estado arrojó una tercera clave que es la llamada telefónica", señaló.
De esta manera, la segunda posible víctima recibió una llamada telefónica preguntándole por la transacción, la que no había hecho, y por esa razón no llegó a concretarse el traspaso a la cuenta.
Luego de la denuncia, el personal de la Brigada de Delitos Económicos de la PDI inició las diligencias y se percató que el dinero llegó a la cuenta del joven de 18 años quien estaba haciendo su práctica en la empresa.
La policía le consultó respecto al tema y él eludió su responsabilidad, pero después confesó los hechos. Lo más curioso de la historia es lo que hizo con el dinero. "Con la misma plata hizo un carrete y los invitó a carretear, eran 87 mil pesos", explicó Laporte.
Debido a esta situación, la Bridec llama al autocuidado. "Hacemos un llamado a las personas, no es llegar y que una persona tenga acceso a tu tarjeta y a tus claves de cajero. El llamado es a no confiarse en la gente que uno recién está conociendo", sentenció.
El joven pasó a control de detención por el delito de estafa y sabotaje informático, sin embargo quedó en libertad ya que no tenía antecedentes penales.
Sabotaje informático
El sabotaje informático está tipificado por la ley 19.223 como delito, donde se dice que aquel que "con el ánimo de apoderarse, usar o conocer indebidamente de la información contenida en un sistema de tratamiento de la misma, lo intercepte, interfiera o acceda a él, será castigado con presidio menor en su grado mínimo a medio (61 días a tres años)".