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Chañaral eligió a sus dos representantes para el cantar y reinas para el Faro del Milenio

VERANO. En la jornada se anticipó quienes serán parte de esa fiesta.
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Con la presencia del edil de Chañaral y el Consejo Municipal se realizó, durante dos días, el Festival del Cantar y Reina Comunal de Chañaral animado por Alejandro Monte. El encuentro permitirá en febrero competir con cantantes regionales y nacionales, mientras que las reinas se enfrentan con las representantes de otras comunas de la región de Atacama.

Se coronó como reina la estudiante del Liceo Federico Varela, Luhan Salas (17) y como virreina Carolina Silva (18) Ambas tendrán una dura tarea frente a las representantes de otras comunas. Mientras el título de las damas de honor recayó en Constanza Gauthier (15) y Barbara Recondo (22) esta última como reina de la simpatía. En el ámbito musical Marco González con el tema "Las cosas cambian" favorito de la gente, obtuvo el primer lugar siendo secundado por Héctor Busto con el tema "Piel Canela" y como la cantante más popular quedó Fernanda Nieva con el tema "Baño de mar media noche".

La actividad comenzó con el artista local, Luis Araya quien realizó un recorrido con temas románticos para el adulto mayor. Luego fueron las reinas y los cantantes quienes realizaron una gala para luego abrir paso al artista invitado Gabriel Suarez, quien entregó lo mejor de su repertorio, impulso que hizo que el edil Raúl Salas se subiera al escenario y comenzara a bailar una bachata.

En su intervención el alcalde realizó una invitación a quienes concurrieron al principal paseo de esta comuna para ser parte de la nueva versión del Festival del Faro del Milenio, ya que con el esfuerzo realizado por el municipio se contaría con la presencia de los grupos musicales Potencia, Hechizo, Alberto Plaza, Fusión Humor, Los Tetas y otros. Mientras que al término Alejandro Monte agradeció el cariño de gente de Chañaral y adelanto que fue invitado para componer el jurado que tendrá la dura misión de elegir al ganador del XVIII festival.

Levantó un santuario para agradecer que volvió a caminar

FE. Tras un accidente Juana Quinzacara peregrinó hasta encontrar un espacio.
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Para agradecer a la virgen de Andacollo Juana Quinzacara peregrinó por Chañaral durante varios años buscando un punto para levantar un espacio de oración y entregarle una ofrenda. Necesitaba agradecerle el milagro de haberla hecho caminar tras un accidente que sufrió en la adolescencia, cuando cayó desde un balcón.

La búsqueda terminó cuando un amigo le señaló que existía un lugar de forma parecida a una gruta en la ruta C-120 Km. 11, en el sector Caleta Palito, tramo que une Chañaral con el Parque Nacional de Pan de Azúcar. Junto a su hermana, hoy fallecida y familiares, comenzaron a trabajar el perímetro para instalar en forma definitiva la imagen de la virgen. Es así como Quinzacara ha hecho que al camino hacia el parque hoy sea un espacio de paradas continuas por residentes del puerto y turistas.

Muy cerca de una de las primeras grutas Juana recuerda cómo se decidieron por ese espacio. Cuenta que en el sector habían pequeños montes, vegetación que al ser regada comenzó a crecer rápidamente. Lo sintieron como una señal. Fue ahí cuando se decidió por instalar en ese sector la imagen de la Virgen de Andacollo.

la obra

Su construcción fue hecha con algunos bloques que Quinzacara tenía en su casa. Además adquirió por sus propios medios los palos, fonolitas y detrás de la gruta instaló un lugar de descanso con servicios higiénicos.

En el recorrido Juana señala que están cerca la imagen de San Expedito y San Lorenzo y que la gruta para la Virgen de Andacollo se ve desde lejos. Luego de bajar por una curva se ve el espacio rodeado de un hermoso vergel, juegos y ordenados comedores que invitan a las familias a pasar, disfrutar de la naturaleza y la meditación.

visitantes

Una de las personas que llegó acompañada de su familia en el momento del recorrido fue Marcela Vargas. Al consultarle sobre qué la motivó a llegar al santuario dice que le llamó la atención la fe de esta mujer ya que "simplemente con esa fe se puede motivar para hacer toda esta maravilla, imagínese, árboles en donde no existe el agua", recalca.

Vargas destaca el empeñó de Juana a la hora de levantar un santuario en el medio del desierto. "Ella se da el trabajo para tener el agua y poder regar las plantas, venerar a la virgen y más aún tener el espacio absolutamente adaptado con comedores completamente limpios. Fue mi madre junto a una amiga las que me señalaron que este lugar es maravilloso para pasar el día y almorzar junto a la naturaleza", agrega.

Al llegar al altar Quinzacara nos muestra cómo comenzó el proceso del santuario. Primero con las imágenes de la santa de pequeño tamaño, las que paulatinamente fueron adquiridas hasta obtener una imagen grande de manera que todos los que concurran la puedan observar incluso a distancia. Quienes llegan tampoco se imaginan que la estructura nació de la forma natural del roquerío y de una naturaleza que se levantó con muy pocas gotas de agua.

Al costado, el registro fotográfico del trabajo familiar y el realizado por Juana con sus propias manos. El empeño de quien quiso agradecer a la virgen de Andacollo con un altar en la ruta.

Al cumplirse un nuevo aniversario desde que se levantó la gruta, el diacono Héctor Yáñez presidió una pequeña eucaristía en donde se recordaron a aquellos que partieron y quienes sufren alguna enfermedad.

Juana Quinzacara reflexiona, agradece, pero piensa en el futuro, en el día en que ya no esté, por eso tiene una solicitud: que sus cenizas sean dejadas al lado de la virgen.

Los dos hijos de Quinzacara viajaron exclusivamente para estar con ella en esta fecha, se sienten orgullosos de la obra y destacaron que fue realizada con mucho cariño. Esperan que en un futuro la iglesia sea capaz de continuar con este legado y no quede en el olvido.