Hablar sobre la inmigración en el país y sobre todo en las ciudades del norte no es nuevo, cada cierto tiempo se alzan voces que critican la facilidad con que los extranjeros pueden ingresar, y algunos argumentan que son un peligro para la estabilidad laboral del chileno, incluso que son causa de inseguridad.
Muchas de estas afirmaciones se reeditaron en la semana tras el anuncio del pacto Chile Vamos de presentar una propuesta legislativa en la materia que contenía entre otras propuestas, la expulsión inmediata de los extranjeros que cometen delitos y que no cuenten con patrimonio suficiente para sustentarse en el país.
Las respuestas no se hicieron esperar, precisamente ante la posibilidad de que el tema se politizara o se transforme en un caballito de batallas en tiempos electorales, sobre todo porque justo la discusión aparece tras el triunfo del candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, y la supuesta ventaja que le dieron sus comentarios y anuncios de deportaciones masivas y otros argumentos xenófobos.
Chile, al igual que todos los países americanos se establecieron en base a la migración colonial europea, tanto de españoles, británicos, portugueses y franceses. Los mismos procesos de interacción cultural generaron una sociedad mestiza que fue matizada con el aporte africano en tiempos de la esclavitud.
Aunque los motivos son distintos, el tránsito de poblaciones en el continente es continua y es así como en la provincia de Atacama, este año se produjeron más de dos mil solicitudes de residencia, la gran mayoría por motivos de trabajo. Extranjeros como Ferney Escobar, Carmen Vilca o Genaro Murga, se encuentran insertados en nuestra sociedad, incluso a veces piensan que las leyes deberían ser más duras para impedir que entren coterráneos que solo vienen a causar daños.
Aun así los índices de criminalidad de extranjeros son bastante bajos, si consideramos que Carabineros señala que solo el 1 por ciento de los detenidos del año no son chilenos, es señal clara que tras la afirmación que esta migración es causa de inseguridad se arrastra solo un mito.
Muchos, extranjeros llegaron por motivos particulares, pero generalmente porque en Chile, y en Copiapó, existen oportunidades que no hay en sus lugares de origen. Trabajo, tranquilidad, seguridad son cosas que valoran. Solo piden ser respetados y poder aportar a la ciudad y por supuesto es tiempo que les demos la oportunidad de hacerlo, con una propuesta legislativa que sea un verdadero aporte.