Secciones

Constituyen Mesa de Fiscalización Forestal y Ambiental

GESTIÓN. En la instancia, que se desarrolló en la Provincia del Huasco, se abordaron materias relacionadas con el medio ambiente.
E-mail Compartir

Frente a una mayor demanda de la sociedad en materias forestales y ambientales, se conformó en Vallenar la primera Mesa de Fiscalización de Atacama, cuyo objetivo sería potenciar la articulación de la institucionalidad pública en cuanto a la normativa vigente.

La búsqueda de acciones conjuntas y coordinadas de fiscalización entre los diferentes servicios e instituciones, ante posibles situaciones de contingencia, llevaría a implementar este tipo de iniciativas que también buscan fortalecer la presencia en el territorio por parte de los servicios con competencias en la materia, lo que contribuye a la protección de nuestro patrimonio natural y vegetal.

En relación a este tema, Alexandra Núñez, gobernadora provincial del Huasco, señaló que "(…) Uno de los grandes pasivos que tenemos en la gestión es cómo nos coordinamos entre servicios públicos para dar cuenta de los desafíos locales. También tiene que ver con el desarrollo de emprendimientos de la provincia del Huasco, uno de los elementos comunes del desarrollo de los emprendedores está íntimamente ligado a la preservación del patrimonio cultural de flora y la fauna que tiene un potencial productivo enorme".

En tanto, la seremi de Agricultura, Patricia Olivares, manifestó que la jornada constituiría un espacio "que nos permite interactuar entre los diferentes actores: sector público, privados y sociedad en general, en torno a un tema que es tan prioritario y sensible como es el cuidado de la flora y fauna de nuestra región". No obstante, afirmó que "queda mucho por avanzar y esta mesa nos va a apoyar en ese sentido en visibilizar el potencial que tiene nuestra región en biodiversidad".

Por su parte, el director regional de Conaf Ricardo Santana destacó que esperan mejorar la capacidad de respuesta conjunta entre la entidad que lidera y otras, frente a situaciones de contingencia. "Esta mesa servirá para abordar temáticas tales como la protección del desierto florido, la situación de los humedales, las quemas e incendios, entre otras materias que la sociedad exige", finalizó.

Los avances y "sueños" de la escuela carcelaria de Copiapó

REINSERCIÓN. El Liceo Edwin Latorre Rivero, otrora Micro Centro Medardo Cano Godoy, es una escuela que busca rehabilitar a internos mediante la enseñanza de contenidos y oficios. Desde el recinto indicaron que uno de sus "sueños" es alcanzar la excelencia en los alumnos.
E-mail Compartir

La educación pública posee facetas a veces desconocidas y una de ellas es el desafío que tienen los profesores que ponen su esfuerzo en poder entregar su alma a la enseñanza en el interior de un recinto penitenciario.

Esa es la realidad que se vive en el ahora Liceo Técnico Profesional Edwin Latorre Rivero de Copiapó, donde un equipo de educación debe sortear distintos problemas como hacerse cargo de carencias afectivas, baja autoestima y además preparar a los alumnos para la reinserción laboral y social. Una tarea que se ha transformado en el foco de este proyecto de enseñanza, la mayor prueba que pueda tener un educador.

Sobre la evolución del establecimiento, Elena Vicencio, jefe técnico del Liceo Edwin Latorre Rivero, señaló que "como micro centro desde siempre han estado inculcando el oficio, por lo tanto esto de pasar de escuela, un liceo HC, es decir humanista científico a Liceo Técnico, creo que parte desde siempre porque la escuela ha tenido una mirada de formación profesional, una formación con otros tipos de habilidades que son requeridas por los alumnos, y siento que se ha tenido un encuadre en esta oportunidad llegando a ser liceo técnico".

La directora del establecimiento, Patricia Varela, lleva cerca de 20 años trabajando en el recinto. Destaca que el proyecto de transformar el Micro Centro Medardo Cano en un establecimiento técnico surgió hace tres años, cuando junto al en ese entonces director Edwin Latorre notaron que debían hacer un cambio de modalidad de enseñanza.

La decisión se tomó tras una investigación realizada con los internos que no eran alumnos, con los funcionarios civiles que no eran uniformados y con el personal docente. "La conclusión arrojó que nuestros alumnos tenían una necesidad no solamente de educarse sino que también de tener oportunidades y eso va de la mano un poco con el tema de desarrollo de habilidades y competencias. Una de esas era focalizar el tema de la certificación de oficio en el nivel básico y obviamente después una continuidad en la enseñanza media, como una especialización que les significara a ellos tener herramientas para presentarse en la sociedad", indicó Varela.

Y parte de los frutos de esta iniciativa se vio reflejada el año pasado, luego de que ganaran siete proyectos. En una primera etapa, quienes participan implementaron aquellas tareas vinculadas con talleres de oficio y técnico profesional, mientras que este año ya tendrían cuatro proyectos.

Respecto de los alumnos y la relación con los docentes, la directora explicó que el proceso no sería fácil. "Si tú lo miras fríamente y te pones a pensar, esos niños, de alguna otra forma, en algún minuto desertaron de los sistemas escolares porque algo pasó y todos somos responsables porque todos somos la sociedad, y si no somos capaces de darles otra oportunidad a través de la educación, quién se la va a dar".

La directora del establecimiento sostuvo que el sello del trabajo que realizan es el valor agregado de "creer que esto va a funcionar", que también va de la mano con el compromiso de quienes estudian dentro de ese recinto.

En este sentido, Varela indicó que los alumnos de la escuela tienen "muchas habilidades", sin embargo, la tarea también es descubrirlas, lo que implica un trabajo sistemático, según acotó. "Las cosas no puedes hacerlas por hacerlas, no, todo eso tiene que tener un foco, y eso son los aprendizajes. Y no cualquier aprendizaje, porque tenemos que pensar que nuestros alumnos van a competir con gente en la calle que también sale de liceos técnicos profesionales, y ya van en desventaja por tener antecedentes penales", dijo.

Para lograrlo, no obstante, la apuesta es que los niveles de frustración no sean "tan altos", debido a las carencias emocionales y familiares de algunos alumnos. "Cómo re encantas a un niño que toda la vida le han dicho que va ser un delincuente… creyendo en él; desarrollándole habilidades que tienen que ver con su reafirmación, con salir adelante, con empoderarlo… yo creo en ellos", expresó Varela.

Los sueños de la escuela

La meta que tendría el equipo y la unidad educativa es que los alumnos no solo adquieran competencias de mando medio, sino que ejerzan sus oficios con el sello de "la excelencia", con el objetivo de que las empresas los contraten de acuerdo a las competencias que tengan "sin necesidad que el empleador le vea, a lo mejor, los antecedentes penales", agregó la directora.

En 2003 el número de matriculados alcanzaba a 30 personas, mientras que hoy el liceo atiende a 89 alumnos y cuenta con talleres de confección y gastronomía, entre otras especialidades. La proyección de matrícula es de 135. A la fecha han llegado 20 nuevas solicitudes de imputados que nivelarán sus estudios en educación básica y media.

Historia del liceo

El Liceo Edwin Latorre Rivero partió como escuela básica el 8 de octubre de 1976 y en 1985 pasa a ser una escuela de rehabilitación, luego amplió su ámbito educativo incorporando la educación media. El 26 de octubre del año pasado la escuela, que se conocía como el Micro Centro Medardo Cano Godoy, adquiere la resolución ministerial de Técnico Profesional y recientemente, el 19 de agosto pasa a llamarse Liceo Técnico Profesional Edwin Latorre Rivero, en honor a su director, fallecido a poco menos de tres meses.