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La búsqueda de Felipe Cusicanqui hecha documental

En resumen

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-El documental, ¿sació el hambre por buscar tu origen inca?

-Me abrió más el apetito. Enriquecí la percepción de mi mismo y de mi medio. Me expuse a estar abierto, una especie de nudismo, obteniendo nuevas formas de autoidentificarse y reconocerse. Logré encontrar aún más piezas. Más material con el que expresarme y percibir a la hora de vivir y hacer arte. En mi familia nadie ha profundizado mucho en esta historia, ni yo lo hice tanto en este viaje... se me presentaron otras historias que escudriñar.

-¿Crees que se entiende tu trabajo como artista con estos fragmentos de ti mismo?

-Se explica una parte importante de mi método de trabajo. Creo que hubo un diálogo muy potente en el tratamiento visual de la película y que se amalgama totalmente con mi manera de ver y hacer obra. Siento una alegría absoluta de que el documental recorra Chile entero, porque es finalmente una obra que trata la identidad en varias de sus formas. Y aún me siento un príncipe inca, aunque me tachen de megalómano.

-¿Qué fue lo que más te impactó del viaje? ¿Qué lugar te quedó marcado en la memoria?

-Encontrarme con el abandono de un pueblo, arrancado de sus líderes y de su espiritualidad primigenia. También la experiencia epifánica con mi historia familiar y el paisaje desbordado y silente. Este viaje y estas experiencias, por ejemplo, de conocer la casa donde vivió mi abuelo, son algo que me habría gustado mucho compartir con mi abuelo, junto con mi padre y con Silvestre, mi hijo mayor.

Felipe viaja por el altiplano, se relaciona con los lugareños e indaga en sus propias raíces.

3 preguntas

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El documental "El príncipe inca" sigue al artista chileno Felipe Cusicanqui a través de Bolivia, en busca de una leyenda familiar que le contó su abuelo: su sangre proviene de la nobleza inca. Gracias a la invitación de la directora del documental, Ana María Hurtado. La película compite en Sanfic y se estrenará en salas de todo el país el 8 de septiembre.

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Marcelo hernández

El cine chileno como espejo de la realidad

La próxima semana se estrena "Aquí no ha pasado nada", película de Alejandro Fernández basada en el caso de Martín Larraín. Una muestra de cine urgente que demuestran la necesidad de retratar el pasado reciente.
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una escena en un tribunal de la película "aquí no ha pasado nada",, de alejandro fernández.


en resumen

"Aquí no ha pasado nada" cuenta con actuaciones de Agustín Silva, Paulina García, Alejandro Goic, Luis Gnecco y Daniel Alcaíno. Su director antes triunfó con "Huacho" y otras cuatro cintas.

Por Andrés Nazarala R

Cuando Martín Larraín fue absuelto, el director Alejandro Fernández ("Matar a un hombre") pensó inmediatamente en realizar una película que retrate la polémica resolución judicial y sus circunstancias. Escribió el guión en tiempo récord, armó un equipo con la misma premura y buscó financiamiento a través de crowfunding. El resultado es "Aquí no ha pasado nada", película que llegará a salas chilenas el 1 de septiembre tras un recorrido internacional que ha incluido Sundance y la Berlinale. Aunque en la pantalla el fatal atropello involucra a un adolescente llamado Vicente, el hecho inspirador es fundamental y le permite a Fernández componer una nueva reflexión en torno a la justicia.

Ahora más que nunca, el cine de ficción local pareciera estar mirando hacia la coyuntura -y hacia nuestra historia reciente- para componer retratos críticos y denunciantes. La tragedia de Daniel Zamudio, por ejemplo, ha inspirado dos largometrajes: "Nunca vas a estar solo", ópera prima del cantante Alex Anwandter que llegará a salas en noviembre, y "Niño nadie", de Fernando Guzzoni ("Carne de perro"), quien vislumbra el crimen a la luz de las tribus urbanas que funcionan en nuestro país.

En octubre se estrenará además "Rara", cinta de María José San Martín que tuvo su estreno mundial en la Berlinale y narra la discriminación que recibe una pareja de mujeres (Mariana Loyola y Agustina Muñoz) que han formado su familia en Viña del Mar. Está libremente inspirada en el caso de la jueza Karen Atala, quien en el año 2003 perdió la tuición de sus hijas menores debido a su orientación sexual.

Si miramos hacia atrás encontramos "El bosque de Karadima" -la película chilena más vista del año pasado- y "El Tila: Fragmentos de un psicópata", recreación de los crímenes cometidos por Roberto Martínez, niño emblema del Sename devenido en violador y asesino.

El cineasta Guillermo Helo, por su parte, prepara otro largometraje, "Niñas arañas", basado en la historia de las famosas jóvenes que trepaban edificios para robar.

Cuando, hace un poco más de una década, irrumpió lo que se llamó el Novísimo Cine Chileno (término usado para definir a una nueva camada de cineastas), muchos alabaron el cambio de aires que traían las propuestas, pero también se criticó el intimismo que alcanzaron los retratos; es decir, la inmersión en pequeños dramas domésticos que dejaban de lado los grandes temas sociales y políticos. Ahora, el cine pareciera estar marcado por la urgencia, ya no desde el desafío de preservar la memoria histórica como antaño, sino que más bien lo contrario: la necesidad de sostener el presente, mostrar nuestras contradicciones, exponer las fisuras de un sistema. Una cinematografía lúcida que funcionará como un valioso testimonio de época.

imagen pelicula