Importancia de las comunidades
Sr. Director: La exitosa licitación eléctrica chilena abre renovados horizontes para los próximos años en materia de inversión. Una arista esencial en este asunto, es generar una integración real con las comunidades donde se emplazarán las obras, de tal manera de hacerlas parte del proyecto.
Por razones obvias, lo estrictamente técnico debe quedar en manos de la ingeniería, pero hay una infinidad de temas que pueden abordarse en conjunto con los vecinos, que son los que más saben de su territorio.
Junto a ello, es fundamental que los titulares de proyectos realicen un diagnóstico del entorno, detectando motivaciones y conflictos de los grupos sociales que serán afectados, realizando estudios antropológicos y analizando en conjunto el diseño del proyecto. Ello, unido a una lógica que explore consensos en torno al tipo de desarrollo al que aspiran las comunidades, además de incorporarlos como parte del proceso productivo, resulta primordial para reducir los tiempos de tramitación y por lo tanto, adelantar la inversión.
En ese sentido, si el objetivo es potenciar proyectos que sigan impulsando el progreso económico y social de Chile, es muy importante que los distintos sectores productivos tengan un diálogo permanente y sensato con los grupos que habitan estas zonas, en una relación de respeto mutuo y buena fe, que reconozca los intereses y derechos del otro.
Freddy Merino, experto en evaluación ambiental SGA
Senador Coloma y el rodeo
Cuando el senador por la Región del Maule Juan Antonio Coloma defiende el rodeo y mezcla la cueca, la chicha, las empanadas con la medialuna, en relación directa con la práctica del rodeo, como parte de los regocijos de los chilenos y que según sus palabras están enraizados en las tradiciones más profundas de nuestro país, mezcla peras con manzanas, sin lugar a dudas, el gusto de bailar varios pies de cuecas, bien zapateadas, de "pata en quincha", el tomarse un buen cacho de chicha, producto del trabajo de nuestro campo, ni hablar de comerse unas buenas empanadas "caldúas", de aquellas recetas que se transmiten de generación en generación, que hacen olvidar cualquier dieta, son una cosa, tan propias del festejo familiar, de las fiestas de nuestro dieciocho, que son tradiciones, no hay ninguna duda, sin embargo incluir la práctica del rodeo en medio de estos placeres nacionales, sinónimos de entretención, algazaras y buenas vibras, se escapa del marco de referencia, ya que desde el momento que personas aplauden, avivan, incitan y qué además dicen disfrutar mientras lo observan con la barbarie de ver como un jinete bien aperado montado sobre un caballo, también víctima silente de este mal llamado deporte arremete en contra de un novillo con brutales caballazos, que ni se percata de la cueca como banda musical, de los cachos de chichas y de las empanadas que disfrutan los asistentes a su calvario, simplemente sus costillas le roban toda su atención por dolor, …No es posible que para que un grupo de personas se divierta plenamente con nuestras tradiciones, necesite incluir junto a la cueca, chicha y empanadas el martirio de novillos y caballos, …si nos vamos a divertir, divirtámonos todos, pero no a cambio del sufrimiento de otros seres vivos, la naturaleza los puso en la tierra para algo mejor que terminar vejados en una medialuna, al compás de una cueca, un cacho de chicha y una empanada "caldúa".
Luis Soler
Medallas de Papel
Los últimos Juegos Olímpicos han demostrado que los chilenos, estamos años luz con respecto a los deportistas de otras partes del mundo. No somos realmente competitivos y nos conformamos solamente con participar. En todo caso nuestros deportistas no son los culpables. Ellos desean lo mejor, pero sin ayuda ni los recursos necesarios, poco y nada pueden hacer. El hecho de haber llegado, tiene un mérito y una satisfacción personal. A nivel internacional, somos del montón y lo seremos por mucho tiempo, si quienes deben preocuparse de nuestro estancamiento deportivo, son autoridades y dirigentes solamente para la tele.
Jorge Valenzuela Araya
Teoría de género
El intento de que por ley se pueda cambiar la naturaleza de las cosas, como sería elegir el sexo biológico independientemente de la propia identidad, no es algo nuevo en el mundo. Ya en el siglo III AC, el filósofo Crates de Tebas, burlándose de los atenienses que anteponían la ley a la realidad, decía: "Si os hace falta caballos, votad que los asnos son caballos".
Miguel Á. Vergara Villalobos