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Asesinato de viceministro en medio de protestas mineras estremece a Bolivia

CRISIS. Rodolfo Illanes fue secuestrado, torturado y asesinado por trabajadores enardecidos tras la muerte de manifestantes. Evo Morales apuntó a la oposición.
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Mabel González / Agencias

Evo Morales enfrenta la mayor crisis social en más de una década en el poder, tras el asesinato de un viceministro a manos del poderoso sector de los mineros artesanales, que exigen asociarse con privados para hacer frente a la caída en los precios de los metales.

El Mandatario boliviano calificó de "conspiración política" el secuestro y asesinato a golpes del viceministro de Régimen Interior, Rodolfo Illanes, ocurrido el jueves en la localidad de Panduro, 130 kilómetros al sur de La Paz, adonde el funcionario había acudido para intentar dialogar con los mineros, tras tres días de cortes de carreteras que dejaron dos manifestantes muertos.

"Esta es una conspiración política, no una reivindicación social", dijo Morales. "Los opositores respaldan" la demanda de los mineros. "El fallecimiento del hermano viceministro es una actitud cobarde... fue secuestrado, torturado y asesinado", agregó el Mandatario.

Los miles de mineros movilizados producen zinc, estaño, plata, concentrados de plomo y oro en cooperativas que ellos mismos administran con precaria tecnología y reducido capital. Suman más de 100 mil en todo el país y son muy influyentes por su gran poder de movilización y generación de empleo.

Uno de los líderes de la oposición, el empresario Samuel Doria Medina, rechazó las insinuaciones de Morales y dijo que el Gobierno debería buscar la paz. "Los precios de los minerales han bajado y los costos de producción incrementaron, ese es el origen de la protesta", dijo.

El crimen

Illanes fue secuestrado el jueves por la mañana en Panduro por mineros enardecidos tras la muerte de dos manifestantes el miércoles, en choques con la policía. Según la autopsia, el funcionario falleció por un traumatismo cerebral y torácico.

"Ha sido una escena muy dura. Ha habido unas lesiones, una flagelación que casi no se ha visto", comentó el fiscal de La Paz, Edwin Blanco. El ministro del Trabajo, Gonzalo Trigoso, detalló que "le aplastaron el cráneo con una piedra".

Illanes, de 56 años, era abogado y profesor universitario. Su cuerpo fue dejado a un lado de la carretera y su auto incendiado. Su chofer pudo escapar de los manifestantes.

Los mineros artesanales, asociados en cooperativas que ellos mismos administran, exigen, desde 2014, que se les permita asociarse con capitales privados, reclaman acceso a nuevos yacimientos, se oponen a la sindicalización y piden subsidios en la electricidad para hacer frente a la crisis en el sector.

Como forma de presión han bloqueado carreteras de la mayoría de los departamentos del país, con la ayuda incluso de detonación de cargas de dinamita.

Las cooperativas mineras fueron organizadas en los 80 para contrarrestar el desempleo tras el cierre de las minas estatales, pero con el tiempo se convirtieron en empresas rentables, pese a que trabajan con capital reducido y tecnología precaria.

Mientras duró el auge de los precios, los mineros artesanales fueron aliados del Presidente Morales y lograron escaños en el Poder Legislativo. Pero la negativa del Gobierno a permitir que se asocien con capitales privados los puso en pie de guerra.

Las carreteras amanecieron despejadas ayer. Los dirigentes mineros se replegaron a sus campamentos y no respondieron las llamadas de la prensa. En tanto, siete dirigentes mineros fueron detenidos en un allanamiento en sus oficinas.

Titular del Senado de Brasil: me siento en un "manicomio"

IMPEACHMENT. A él le tildaron de "rastrero", durante sesión de juicio contra Rousseff.
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El juicio político contra la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, continuó ayer con una creciente tensión, descalificaciones e insultos, que llevaron al titular del Senado, Renán Calheiros, a admitir que se sentía en un "manicomio".

Los ánimos de los senadores se volvieron a caldear en la recta final del proceso de destitución de Rousseff, que sus defensores intentan dilatar mediante la presentación de numerosas cuestiones previas.

El enfrentamiento subió de tono y el propio presidente del Senado llegó a perder la compostura que ha mantenido a lo largo del proceso, cuando se enzarzó en una discusión con la senadora Gleisi Hoffmann, una de las más fieles escuderas de Rousseff.

Hoffmann dijo que el Senado "no tiene ninguna moral para juzgar" a la Mandataria, suspendida de sus funciones por presuntas irregularidades fiscales.

El propio Calheiros rebatió a Hoffmann y consideró "el colmo", tras lo cual hizo uno de los más duros pronunciamientos vistos desde que, este jueves, comenzó la fase final del proceso.

"¿Cómo una senadora puede decir una cosa como esa?", declaró Calheiros en el pleno del Senado, y recordó que Hoffmann y su esposo, el ex ministro Paulo Bernardo Silva, son investigados por presunta corrupción en la Corte Suprema.

Las palabras de Calheiros, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del Presidente interino Michel Temer, encendieron los ánimos de los escasos aliados con los que Rousseff cuenta en el Senado, entre ellos el senador Lindbergh Farias, quien tachó de "rastrero" el comportamiento del presidente del Senado.

Los adversarios de Rousseff, por su parte, atribuyeron la bronca a la "agresividad" de Farias y sus colegas.

En tono irónico, Edison Lobao, también del PMDB, aseguró que la sesión del próximo lunes será todavía "más animada", ya que será cuando la propia Rousseff presentará su defensa personalmente por primera vez en todo el proceso.

"Ellos están haciendo un teatro para una película. El PT lo está grabando para después ir a las calles", comentó Lobao, en referencia a un documental sobre el proceso que está siendo filmado y, al parecer, financiado por la formación de Rousseff.

"Estupidez infinita"

Consciente del aumento de la tensión en el pleno y también de su repercusión, Calheiros tomó un tono conciliador e instó a los senadores "a ponerle seriedad a este tumultuoso proceso".

"Esto es una demostración de la estupidez infinita", comentó el presidente del Senado, quien llegó a afirmar que la sucesión de descalificativos e insultos escuchados en el Senados transmite la idea de que la Cámara "es un manicomio".