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Crisis institucional en el país

Prácticamente todos los sectores coinciden en un grave problema de legitimidad, pero de allí a creer que todo está en el caos total hay una brecha demasiado importante. La credibilidad extraviada es un fenómeno mundial, Chile no escapa a esa realidad y lo que debe hacerse es generar acciones de confianza más que meras palabras. La gente debe percibir las ventajas de lo conseguido.
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Cada estudio, cada sondeo de opinión que ahonda en las percepciones de la sociedad respecto a nuestra realidad actual, se encuentra de golpe con la crítica y hasta el rechazo crecientes a las instituciones. El hecho fue analizado por el exPresidente Ricardo Lagos, quien en una entrevista sostuvo que Chile podría estar pasando por la peor crisis de este tipo en su historia.

El juicio no es trivial, aunque discutible. Aunque debe reconocerse que en los últimos años se han sumado episodios que contribuyen a que esta opinión se vaya transformando en una especie de "verdad" cada vez más difícil de cuestionar. Primero, porque las opiniones al respecto se hacen transversales, y en segundo lugar, porque los hechos suman para establecer este escenario.

"La ciudadanía no está confiando ni en las instituciones ni en los actores políticos... Estamos todos cuestionados", dijo el exmandatario.

A ello pueden sumarse las del vocero Marcelo Díaz quien precisó: "Se ha agotado el sistema de gobernabilidad del país".

Siguiendo la línea de las declaraciones finales, podemos añadir que la religión y las iglesias no escapan a este escenario. Las instituciones relacionadas con las pensiones y el mismo sistema de pensiones y otros seguros; ni siquiera una actividad que puede ser tan limpia y cotidiana como el deporte, y particularmente el fútbol, se salvan.

El problema no es el nivel de alcance de esta crisis institucional. El problema es cómo se resuelve para una sociedad que parece desconfiar de todo , y que mientras siga observando más errores, caídas y perjuicios, menos creerá. El país necesita líderes y acciones capaces de dar luces de solución a los conflictos más inquietantes para la sociedad nacional.

No obstante, conviene sopesar en mayor detalle declaraciones como las anteriores. Suponer que todo el sistema está en entredicho parece una exageración importante, que puede derivar en diagnósticos nuevamente errados. Este fenómeno es mundial, de modo que vale la pena revisar los contextos, con el fin de llegar a respuestas más certeras.