El rol del dirigente social
El 7 de agosto se conmemoró a nivel nacional el día del dirigente social y comunitario. En esta ocasión queremos homenajear afectuosamente el trabajo que realizan los dirigentes de las comunidades de campamento. Como TECHO estamos convencidos que trabajar en conjunto fortaleciendo las organizaciones comunitarias, es el camino para abordar problemas tan complejos como la pobreza en campamentos.
Los dirigentes sociales en contextos de pobreza juegan un rol fundamental, pues son quienes saben y conocen a sus comunidades, así como también quienes van capitalizando contactos y redes para posicionar y abordar las problemáticas que les afectan. Asumir un rol de dirigente social nunca es fácil, sobre todo porque en general, pareciera ser que como personas naturales no podemos hacer nada para cambiar el rumbo de las cosas, y ese sentimiento es aún más fuerte en contextos de pobreza. Bien dice en alguna reflexión el sociólogo Zygmunt Bauman (2014): "La gente va por el mundo obedeciendo a su rutina cotidiana y resignada por adelantado a la imposibilidad de cambiarla, y sobre todo, convencida de la irrelevancia y de la ineficacia de sus propios actos o persuadida de que no debe actuar". Por ello el rol del dirigente social es difícil, porque debe ir a contracorriente asumiendo un rol incómodo porque no se conforma con el estado natural de las cosas, sino que quiere cambiarlas, porque entiende que siempre hay algo que hacer para mejorar la calidad de vida.
Las y los dirigentes sociales son valientes, porque lidian con sus asuntos personales y con los de los demás. Son rebeldes, porque no se acomodan en la realidad tal cual está y, antes que todo, son personas como cualquier otra, pero que deciden salir de su zona de confort y trabajar por el bien común. Por ello les celebramos y homenajeamos. Cuando el individualismo prima en nuestra sociedad, aún hay personas que quieren trabajar por los demás de forma anónima y voluntaria; ese ejemplo, ese espíritu de servicio, debe primar en toda actividad social, remunerada o no.
Justa compensación por dedicarse al hogar
En un divorcio, un profesional se opuso a que se le concediera compensación económica a su esposa periodista alegando que nada acreditaba que ella se hubiese empobrecido al haber postergado su desarrollo profesional por dedicarse al cuidado de los hijos y del hogar. Según él, no resultaba lógico compensar el trabajo doméstico y el costo de oportunidad que pudo sufrir la cónyuge por dedicarse a esas labores. Cuestionó además el monto al que resultó condenado, alrededor de $ 338 millones de pesos, al realizar una comparación del trabajo doméstico que habría realizado su esposa durante poco menos de 17 años con la remuneración de una trabajadora de casa particular, concluyendo que se le debió condenar por una suma menor. A sabiendas que este marido recibe millonarios ingresos mensuales, nos preguntamos cuál hubiese sido su postura si él , en vez de su esposa, hubiese dejado de trabajar en su profesión para dedicarse al hogar y los hijos. ¿Aceptaría que se le compensara por el enorme menoscabo sufrido, calculando el monto a recibir en base a una remuneración promedio de una trabajadora de casa particular? La sentencia de la Corte de Apelaciones, confirmada por la Corte Suprema, rescata el auténtico espíritu de la ley en esta materia.
AFP
El clima actual en torno al sistema actual de pensiones en Chile, es visto como una consecuencia del descontento social generalizado. No obstante, es en estos momentos donde se deben generar discusiones enriquecedoras y que se traduzcan en políticas públicas positivas para el bienestar de la sociedad. Es justamente en este aspecto donde hemos evidenciado las mayores debilidades, centrando el diagnóstico en la consigna de que el responsable de que las pensiones sean bajas, es el sistema en sí, más que la implementación actual del mismo.
El sistema hoy carece de dos componentes importantes y que hace algún tiempo parecían no ser relevantes: un correcto y balanceado diseño de incentivos y un pacto social que involucre activamente a todos quienes pertenecemos al sistema.
Hoy la ley establece requisitos de rentabilidad mínima, que genera que las AFP tengan incentivos a lograr una rentabilidad de los fondos de pensiones relativamente similar al resto de las AFP y no necesariamente la mayor posible. Por su parte, existe evidencia empírica de una demanda insensible a lo que pagan los afiliados. Esto hace que los esfuerzos por rentabilizar los Fondos de Pensiones no sean necesariamente los mayores, sin menospreciar la capacidad de los profesionales que manejan las inversiones, quienes siempre consideran referencias de mercado para su diseño.
A su vez, no existe un vínculo observable para los afiliados entre la inversión de sus ahorros y los efectos que generan tales ahorros, sino todo lo contrario: un descontento generalizado
Señor director:
Katherine Campos Knothe, directora regional TECHO-Chile
Señor director:
Ricardo Viteri Prado, director Separadosdechile.cl
Señor director:
Tomás Viom, analista financiero