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La migración de los pájaros estaría determinada por los genes

BIOLOGÍA. Varias especies de aves recorren anualmente distancias increíbles para su reducido cuerpo, hazaña que sería hereditaria.
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Valeria Barahona

La perdiz de mar, también llamada zarapito, es una de las grandes viajeras que recorre las costas del país durante la temporada estival, desde Arica a Tierra del Fuego, pero al llegar el invierno en el hemisferio sur, regresa a Alaska a construir sus nidos.

La conducta, que pareciera justificarse en la mera imitación, fue desentrañada por científicos de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, quienes analizaron a especies cantoras dadas a viajar sobre 15.000 kilómetros, descubriendo la existencia de una base genética para los senderos migratorios de pájaros cantores.

"Es sorprendente que las rutas y horarios de tales comportamientos complejos podrían ser determinados genéticamente y se asocian con una muy pequeña porción del genoma", dijo el investigador Kira Delmore, autor principal del artículo publicado en la revista Current Biology.

"Lo que es aún más sorprendente es que las diferencias en este comportamiento podría estar ayudando a mantener la enorme diversidad de pájaros cantores que vemos en el mundo natural", agregó.

La migración estacional es uno de los más notables fenómenos biológicos que más llaman la atención en el mundo, con rutas que abarcan miles de kilómetros y la participación de miles de millones de animales, cuyo peso es menor a diez gramos en la mayoría de las veces.

Además, estas bitácoras de vuelo son repasadas por los pájaros año tras año, hasta los mismos lugares, en odiseas emprendidas solo de noche.

Delmore y su equipo ubicó geolocalizadores del tamaño de una moneda para rastrear las migraciones de aves reconocidas por su canto; junto a la toma de muestras para establecer su secuencia genética.

Estas técnicas fueron aplicadas a dos grupos estrechamente relacionados con los tordos de Swainson (quienes se mueven entre Alaska y el norte de Argentina), y sus híbridos.

Así, los grupos evolutiva y genéticamente similares, toman diferentes rutas de migración: unos viajan por la costa oeste, el sur de México y América Central, mientras que el resto prefiere internarse de tierra adentro con miras hacia América del Sur, produciéndose el cruce entre ambos al noreste de Vancouver, en las montañas costeras.

El trabajo de los científicos mostró que las aves de la población híbrida (mestiza) toman las rutas de migración intermedias, es decir, cruzan los desiertos y regiones montañosas.

El preferir estas zonas redundaría en un menor éxito reproductivo, traducido en un bajo flujo de genes entre los grupos y más diferenciación entre ellos.

Al vincular el comportamiento migratorio de los híbridos con su composición genética, los investigadores identificaron un único grupo de aproximadamente 60 genes en un cromosoma que explica en gran medida por la diferencia en los patrones de migración.

La configuración del ADN juegan un papel importante en los sistemas circadiano, nerviosos y de señalización celular de los seres vivos.

Asimismo, se encontraron regiones del genoma que han reducido el movimiento molecular de una población de tordos a la otra.

"Los estudios de menor escala han asociado algunos genes en esta región con el comportamiento migratorio en organismos tan diversos como mariposas, peces y otras aves", dijo el zoólogo UBC Darren Irwin, uno de los autores del estudio canadiense.

Otros viajeros del aire

Chorlo dorado

Para huir del invierno boreal, vuela hasta las pampas de Brasil, Uruguay, Argentina y a veces Chile, prefiriendo espacios abiertos como canchas de golf.

Rayador

No anida en nuestro país, pero pasa los veranos acá, hasta mayo, donde es posible verlo cazar a ras del agua en playas y ríos, de ahí su nombre.

Flamenco

Recorre desde el cercano Oriente al Altiplano, siendo una de las especies el hábitat más diverso, aunque el calentamiento global lo ha hecho reducir el itinerario.

Las rutas estacionales

El picaflor que habita en los jardines busca climas tibios, por lo cual desaparece del sur en invierno, para ir a Atacama, desde donde escapa en verano. Asimismo, en primavera prefiere las quebradas cordilleranas, dada la abundacia de flores, para al bajar la temperatura, cambiarlas por los patios del valle. Por su parte, las bandurrias también se mueven de acuerdo al clima, yendo desde Antofagasta hasta Tierra del Fuego.