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Chile, conócete a ti mismo

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Quizás porque aún no vemos la relación que existe entre nuestras decisiones y la vida o muerte de las personas más vulnerables de nuestro país. Sólo en 2009 fallecían al año 300 personas abandonadas en la vía pública, la mayoría de hipotermia. Vergonzosa indiferencia. En ese momento, organizaciones de la Red Calle junto al Gobierno, se agruparon en una mesa de trabajo para avanzar en una política pública.

Como un primer paso se implementó en 2010 el Plan Invierno Calle que salvó cientos de vidas. Pero no se creó una política pública con un trabajo sistemático de prevención y promoción, y la calle siguió matando… 31 personas han muerto este año. Y llegamos, cada invierno, tarde.

¿Qué podemos cambiar en el inter tanto? Mientras avanza el trabajo de las organizaciones, tu decisión personal puede ayudar a hacer la diferencia entre la vida y la muerte de una persona en la calle. Sincerémonos. Los límites los ponemos nosotros mismos. Cuando se acerque una persona con evidentes signos de estar durmiendo a la intemperie, con las huellas del abandono, del abuso y la exclusión, ¿qué haremos? Si en vez de subir el vidrio, cruzar al frente o arriscar la nariz nos detenemos, conversamos, nos hacemos sus vecinos. Si el día de frío y lluvia volvemos a ese lugar, le saludamos por su nombre, le ofrecemos trasladarlo a un albergue o a un lugar mejor. Si le preparamos abrigo y comida… haremos la tremenda diferencia.

Conocernos los chilenos hoy sí puede salvar vidas. Compatriotas, no nos hagamos la desconocida. El invierno no es el que mata, lo que mata es la indiferencia.


No seamos indiferentes ante la corrupción

Desde una mirada autocomplaciente podemos afirmar que la corrupción en nuestro país, tanto pública como privada, no es un problema grave, más aún si nos comparamos con otros países del continente. Sólo debemos dejar que los fiscalizadores hagan su trabajo. Luego, individualmente, no hacemos nada. Si nos ubicamos en las antípodas, desde una perspectiva autoflagelante, podríamos afirmar que la corrupción llegó para quedarse y es por lo tanto imposible "ganar la batalla". Luego, individualmente, no hacemos nada.

Un acto corrupto (ya sea por comisión u omisión), es siempre un acto injusto. Ahora bien, como decía Brecht, "la injusticia es humana, pero más humana es la lucha contra la injusticia". Esto exige que su erradicación no debe basarse solamente en implementar legiones de fiscalizadores o en endurecer las penas, como si fuese un problema estrictamente jurídico. La corrupción es un mal eminentemente moral. De lo que se trata es que cada uno de nosotros asuma su cuota de responsabilidad. El problema no es menor, si consideramos que así como un pequeño error al comienzo es un gran error al final, también una pequeña corrupción al inicio, lleva a otras más grandes después.

Ni autocomplaciente, ni autoflagelante, sino realista. Hay que armarse de paciencia, pues nadie se acuesta corrupto y se levanta probo. El mejor antídoto contra este flagelo es ejercitar las virtudes (cardinales) de la prudencia, de la justicia, de la templanza y la fortaleza. Examinémonos nosotros mismos y preguntémonos en qué medida somos parte de la solución y no del problema.


Caras de Palo

En Chile, donde las vacas flacas corren desde hace rato para trabajadores y profesores, los ministerios también se ponen… pero con los propios bolsillos de sus burócratas. En sus Departamentos se suben sus ingresos de la noche a la mañana. Por ej. el nuevo jefe de gabinete de Gendarmería enviado allí por la superior de Justicia, ganaba 2,4 millones y ahora percibe 5,4 millones, Ni hablar de otros "cargos profesionales" ordenados por la superior encargada nada menos que de la justicia y la equidad.

En el sector privado, Fundación Sol dice que los directores de las AFP, cargos custodios de los fondos, se embolsican C/U entre 6 y 10 millones mensuales mientras las pensiones que pagan no pasan los 200 mil pesos.

¿Y los parlamentarios? el proyecto de Jackson y Boric de recortarse un 50% sus descomunales ingresos de 9 millones duerme el sueño eterno.

"La vida es triste Venancio" canta El Temucano. Y cuántos como el carpintero Juan Alegría Mundaca, dieron la vida por un país diferente...

¿Éste?

Con estas palabras, "conócete a ti mismo", Sócrates instruía a sus alumnos. "Una vez que te conozcas, podrás aprender a cuidar de ti, pero si no te conoces, nunca lo harás". Conocernos los chilenos puede realmente salvar vidas, en particular en un país tan segregado en el que "nos hacemos la desconocida".

Pablo Walker, capellán general Hogar de Cristo Copiapó

Señor director:

Eugenio Yáñez, Voces Católicas

Señor director: Dan Ryce es un empresario que se recortó el sueldo 14 veces para aumentar los salarios de sus 120 trabajadores. En tiempo de vacas flacas,dijo, hay que ponerse.

Gaspar Millas del Río