Errare humanum est, pero
Estimado Director.
Sin ninguna duda es muy noble cuando algunos parlamentarios reconocieron que se equivocaron cuando votaron en su oportunidad lo relacionado al tope de las pensiones en Gendarmería, lo preocupante es cuando dichos errores se repiten, como cuando reconocían hace un tiempo atrás que votaron sin leer detenidamente otros proyectos, produciendo tantos entuertos a la marcha del país, toda vez que su trabajo que juraron cumplir, para el cual sus electores los mandataron, para el bien de Chile y los chilenos, sea el mantener un stock de leyes vigentes, actualizadas, acordes a la realidad existente y por último no olvidar que cuentan con un batallón de asesores, debidamente pagados por sus mismos electores que apuntalan sus acciones y votaciones a los largo de sus carreras parlamentarias, para que no los desaprovechen…
Luis Soler
Una visita incómoda
Una visita del Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia a los puertos de Arica y Antofagasta ha sido incómoda. Provocadora y con flagrante intromisión en los asuntos internos chilenos. No sólo se comunicó muy poco antes y con el claro propósito de hacerla fracasar para denunciarlo a todas voces; o bien si se realizaba, seguramente se encontrarían irregularidades aunque no existieran. El Ministro Choquehuanca y su comitiva de casi 60 personas, con autoridades, parlamentarios, prensa y otros, así lo ha dejado en evidencia con sus actitudes y declaraciones. Sin embargo, el propósito real nunca fue el apreciar en el terreno las facilidades a las cargas bolivianas, y resolver cualquier inconveniente con las autoridades chilenas competentes. Por el contrario, nada que resolver si fuere necesario, sino causar controversia y culpar a Chile.
El objetivo boliviano, en definitiva, es responsabilizarnos de incumplir las disposiciones del Tratado de 1904, para acusarnos de violación grave como causal de su denuncia unilateral. Un paso más en la escalada de las relaciones que Bolivia está implementando desde hace tiempo. En la primera etapa fue la demanda ante la Corte de La Haya. Luego, advertir que haría otro tanto por el río Silala o por el Lauca, y todo acompañado de un permanente hostigamiento insultante a Chile, a nuestras autoridades, y opinando en asuntos internos que Morales se permite calificar a su antojo. Demasiado burdo y evidente para caer en la trampa, aunque sigan una estrategia más amplia y riesgosa.
El Chile que usualmente Bolivia ha encontrado, legalista, paciente, sin iniciativas ni confrontaciones, cambió. Ahora, demandamos por el Silala, reaccionamos a la par de las diatribas, e imponemos a su Canciller y comitiva -como medidas necesarias pero sólo administrativas- el someterse a las mismas reglamentaciones que cualquier chileno o extranjero, debe acatar si visita un emplazamiento portuario nacional. Sin tratos especiales que no procuró por los canales oficiales. Es decir, avisar oportunamente, esperar el permiso respectivo, ataviarse con el casco, chaleco reflectante y otros implementos por su propia seguridad y efectuar un recorrido guiado. No son territorio boliviano, sólo instalaciones que utiliza. Las insistentes acciones inamistosas nos han obligado a modificar nuestra tradicional postura, y revocado la exención de visas diplomáticas esta vez mal utilizadas por la delegación. Era hora, pues se acumulan evidencias de que el diálogo civilizado o las prácticas más elementales de la convivencia internacional, no desean seguirlas. Se ha violado la práctica diplomática existente, sobre todo entre Estados que sólo las tenemos a nivel consular. Buscan alterarlas y mezclarlas con frases engañosas de amistad.
Y hay un punto adicional a considerar. Su visita no ha sido tal, sino de inspección. Sabemos que sólo se inspecciona y controla lo que es propio, no lo ajeno. Más algo inquietante: ¿será esto lo que las autoridades bolivianas entienden como la materialización anticipada y práctica del "acceso soberano al océano Pacífico", que la Corte decidirá si "existe o no para Chile la obligación de negociar"? Constituiría un forzamiento previo al hipotético fallo de la Corte. Situación que debiéramos advertirla. Las partes no pueden exigir lo que es una mera expectativa. Una visita incómoda, pero reveladora de nuestras actuales y futuras relaciones con un vecino que, lamentablemente, no busca entendimientos sino conflictos.
Samuel Fernández Illanes
Defensores de trabajadores
Dónde están los grandes defensores de los trabajadores, como Bárbara Figueroa de la CUT, Óscar de la Puente de la ANEF, etc., que gritan tanto cuando les conviene. Parece que han sido afectados por "afonía repentina" y no se ha escuchado ningún comentario o condena ante los escandalosos sueldos y pensiones de sus colegas de la Nueva Mayoría. El doctor Maturana podría atenderlos para que recuperen la voz.
Mario Soto Real