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Vecinos de El Pretil en alerta por aumento de riñas y ebrios

SEGURIDAD. Residentes de casas ubicadas en el perímetro señalan que no hay control en el interior y alrededores del recinto, denuncian que se han registrado peleas e incluso disparos.
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Carlos Alanis Contreras

Preocupación existe entre los vecinos del sector colindante al parque El Pretil de Copiapó, debido a que según explicaron desde hace algunas semanas se han incrementado las riñas y fiestas al interior del recinto, las que incluso se prolongarían hasta el amanecer. A esto se sumaría que muchas jornadas han terminado con casas y vehículos dañados, situaciones violentas que en oportunidades han derivado en disparos según relataron.

En el mismo ámbito los guardias de El Pretil tuvieron una visión igualmente crítica. Según señalaron los hechos estarían fuera de control, un ejemplo de esto fue que el mini zoológico, ubicado al interior del parque, fue robado, ya que desde ahí sustrajeron un chivo y algunas tortugas.

Al ingresar al parque se ve a los funcionarios trabajando en mantener en buen estado el terreno, uno de los pulmones verdes de la capital regional. Sin embargo, en medio de la faena, ya aparecen algunos "rezagados" como los denominaron los propios funcionarios. Grupos de personas que en manifiesto estado de ebriedad continúan bebiendo en los quinchos, a pesar de lo avanzado del día.

seguridad del parque

La jefa de turno de los guardias del parque, María Pereira, confirmó la situación de inseguridad: "desafortunadamente el lugar es un sitio vulnerable e ingresan por cualquier lado. Y pese a que nosotros, a contar de las 20:00 horas, cerramos los accesos, igual entra un grupo grande de personas que vienen a beber y terminan rompiendo las cadenas y candados con los que se cierra uno de los accesos y finalmente terminan robándolos".

Respecto a quienes son los que ingresan de forma irregular la guardia añadió que "son los mismos jóvenes del Pretil. Es un grupo de gente que está acostumbrada a entrar, pero como al fondo del vivero, que era por donde ingresaban, van a realizar una construcción, ahora ingresan rompiendo los candados".

Aunque oficialmente el parque cuenta con dos ingresos, las personas que acceden por la noche se las arreglan para entrar por el sector de las canchas que están abajo de la medialuna del parque o simplemente saltan la reja ubicada por el acceso de calle Luis Flores. Según la funcionaria en el último tiempo "ya han sido entre 4 y 6 candados y cadenas las que se han robado".

Añadió que se ha transformado en una práctica habitual durante toda la semana. "Se les avisa a Carabineros, pero no vienen en la noche, porque ellos aluden que tienen que tener tres Z (carro celular) y dos patrullas para entrar en la noche, porque son muchos los jóvenes que vienen a tomar, incluso traen equipos de sonido con parlantes muy grandes y se instalan en el sector del teatro para hacer sus fiestas".

Pereira agregó que la instrucción que tienen es la de cerrar los portones a las 8 de la noche: "pero cerramos y nos roban las cadenas y candados. Nosotros por contrato después de las 20 horas tenemos que estar al interior del MiniZoo protegiendo esa instalación".

Los guardias del Parque no están autorizados para portar ningún tipo de elemento disuasivo, por lo que solo pueden actuar de acuerdo a sus herramientas y capacidad de disuadir verbal con quienes ingresan al recinto y que incluso muchas veces acuden hasta este parque con la intención de intimar. En tanto los propios trabajadores dicen haber sido amenazados con golletes rotos de botellas cuando piden a los "rezagados" abandonar el parque.

Episodios

Según sostienen los propios vecinos del sector ya es habitual que al lugar lleguen numerosos jóvenes de entre 15 y 25 años o mayores, quienes se instalan para realizar fiestas con exceso de alcohol, que vienen seguidas de riñas y robos.

La vivienda de Camila Herrera colinda con las puertas de acceso al parque por calle Amollacas, señaló que "los fines de semana e incluso los días de semana se escuchan gritos constantemente. Durante la madrugada pasa gente toda la noche, gritan patean los portones, incluso a veces se cuelgan de las rejas como para entrar a la casas, tiran botellas a las ventanas, puertas, a los techos. Dentro de mi casa han tirado botellas de cerveza, muchas veces ha pasado que veo que hay gente mirando al interior de la casa con las intenciones de robar, uno llama a carabineros y no vienen".

Añadió que "uno tiene que prácticamente esconderse en su propia casa, y ni siquiera podemos aprovechar en familia de disfrutar el parque por el miedo que da ingresar y que lo asalten y las personas que cuidan el parque no pueden hacer nada porque no pueden exponer su vida tampoco".

Otras de las vecinas del sector es Patricia Espinoza quien señaló que "la semana pasada la noche del jueves para el viernes, del viernes para el sábado y del sábado para el domingo acá no se pudo dormir. Primero organizaron una pelea entre dos colegios, eso fue como entre 14:30, todos los muchachos se instalaron en el parque y en la noche volvieron otros tantos para seguir, eran unos 50 cabros que se tiraron de todo; piedras, botellas, lo que terminó como a las cuatro y media cinco de la mañana".

Espinoza relató lo que siguió a esa jornada e indicó que "al otro día temprano empezó una bulla en el parque y se armó una pelea de una muchachas creo que eran del mismo colegio, y resulta que llegaron a la casa de otra vecina y se le metieron a su casa, rompieron siete vehículos. La vecina que deja su camioneta en la calle contó que no fue que le pincharan los neumáticos, se los rajaron, el auto de otro chico de aquí cerca se lo hicieron pedazos, hasta una bicicleta le tiraron al parabrisas".

Espinoza contó que todo esto sucedió desde las tres de la mañana hasta las cuatro y media aproximadamente y que eran solo niñas: "había una mocosa que no tenía más de 14 años que andaba en el grupo también. Andaba con un cuchilla persiguiendo a otra que andaba muy borracha. Fue en ese momento en que apareció un radiopatrullas y nosotros creímos que los carabineros se la iban a llevar detenidas. Ahí en la esquina ni siquiera se bajaron, conversaron con la muchacha y se fueron, las cabras se devuelven a terminar de destrozar los vehículos".

La vecina recordó que al día siguiente ocurrió otro episodio a la medianoche: "mi hija me dice 'mamá están reventando un auto en la esquina'. Salimos a mirar y era un auto negro chiquito, lo habían hecho pedazos, todos los vidrios rotos, eran dos pandillas como de 40 cabros y se pusieron a pelear hasta con disparos porque acá se escucha todo y uno gritaba que andaba armados y luego sonaron los tiros".

Para Espinoza la situación se ha vuelto crítica ya que en esa oportunidad los residentes de su casa bajaron al primer piso para evitar una posible bala perdida. "Uno no sabe si una bala loca puede llegar, yo llamé a Carabineros y me contestó una carabinera y me dice que va a venir el plan cuadrante que nunca llegó. Acá hay gente enferma, postrada en cama en la población, y no tenemos por qué estar viviendo estas situaciones que nos ponen en riego. Se ha pedido ayuda al municipio pero no pasa nada y esto ya es habitual, vivimos en constante nerviosismo, y esto se está pasando de la raya, necesitamos que alguien intervenga".

procedimientos

Consultado el mayor de Carabineros Felipe Madriaza sobre el rol de la institución en el sector informó que en particular, sobre el ataque ocurrido a una casa del sector fue "un hecho puntual que lo hizo una menor de 16 años, delincuente, que fue la misma que participó el otro día en un procedimiento que se nos dio a la fuga y tiraron el vehículo a carabineros, donde hubo que hacer uso de armas de fuego". Indicó que en esta oportunidad la menor habría solicitado un cigarrillo y ante la negativa la joven regresó con un grupo de amigos con quienes comenzó la pelea y donde resultó una mujer lesionada. "Llega carabineros, toma detenida a la mujer con el arma que lesionó a la señora y aparte de los daños, o sea de este procedimiento hay detenidos porque Carabineros ya lleva bastante tiempo mandando a los caballos para el lugar, motos, aparte del carro cuadrante", agregó Madriaza.

Sobre la seguridad señaló que el ideal es que "hubiese más vigilancia por parte de las otras entidades", agregó que en los procedimientos han detectado: "consumo de bebidas alcohólicas, de drogas y desórdenes".

Madriaza calificó el hecho en particular como un incidente único: "Aquí no hemos recibido denuncias, esta es la única y de este procedimiento hay detenidos", señaló.

El mayor indicó que Carabineros está trabajando en el lugar las 24 horas e hizo un llamado a la ciudadanía a que extremen las medidas de seguridad. "Que si ven que estos menores, tal vez tiran algo a los cables y no hay iluminación, que eviten pasar por ese lugar, que nos avisen oportunamente porque aquí personal de las comunitarias de Carabineros igual ha informado distintas anomalías en cuanto a iluminación, follaje de los árboles, que son cosas que facilitan al delincuente para que actúe, factores que inciden en un 100% para que actúe la delincuencia".

Diario Atacama intentó tener la versión de la Municipalidad de Copiapó sobre la situación de seguridad del parque, sin que al cierre de la edición existiera una respuesta.

"Los días de semana se escuchan gritos constantemente, durante la madrugada pasa gente toda la noche gritan patean los portones, incluso a veces se cuelgan de las rejas como para entrar a la casas" Camila Herrera Vecina del Parque el Pretil

"Acá hay gente enferma postrada en cama en la población, y no tenemos por qué estar viviendo estas situaciones que nos ponen en riesgo " Patricia Espinosa Vecina del sector.

"Uno tiene que prácticamente esconderse en su propia casa, y ni siquiera podemos aprovechar en familia de disfrutar el parque por el miedo que da ingresar y que lo asalten". Camila Herrera Vecina del sector

20:00 horas es el cierre del parque El Pretil, sin embargo algunos grupos ingresan por sectores no autorizados horas más tarde.

15 a 25 años es el promedio de edad de quienes llegan al sector del parque durante la noche para realizar fiestas en el perímetro.