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Jardín Infantil realizó carnaval inclusivo

TIERRA AMARILLA. Diversidad fue el lema que acompañó al jardín Rayito de Sol.
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Una marcha por la inclusión se desarrolló pasadas las cuatro de la tarde ayer en Tierra Amarilla. La jornada la organizó el jardín infantil Rayito de Sol y el municipio local.

Hasta el sector de la subcomisaría de esta comuna llegaron padres, apoderados y los párvulos para desde ahí iniciar su marcha hasta el centro de la comuna, en las cercanías del municipio y la iglesia.

El recinto tiene 128 alumnos divididos en cinco niveles, agentes educativas y cuatro educadoras de párvulo. La directora (s) del establecimiento de educación parvularia Andrea Aguirre comentó que "iniciamos este proyecto de carnaval para que los niños, a través de su primera infancia, empiecen a generar conciencia sobre la diversidad, ya sea la diversidad de género, de etnias, de cultura, y de diferente funcionalidad de cómo se mide la sexualidad y otros temas más. Los menores que componen nuestra institución van desde los tres meses a seis años pero en este momento están de dos a cuatro años".

Coloridos disfraces en los pequeños y en algunos apoderados marcaron la jornada de quienes quisieron sumarse a la actividad que despertó el atardecer en Tierra Amarilla.

Maite Campaña, vestida como chinita, fue una de las primeras en llegar a la cita en la subcomisaría, su padre Nilz Campaña comentó por qué la llevó a la actividad: "la disfracé porque es para mostrar la diversidad que existe hoy en su colegio, en la sociedad".

En el mismo sentido muchos de los apoderados señalaron que se encontraban contentos con la actividad ya que les hacía bien a los niños el entender un mundo que está cambiando y donde la discriminación no se debe realizar.

Para Andrea Flores el carnaval tiene mucho significado ya que según comentó "esto es bueno para demostrar que en el fondo todos somos iguales y que todos merecemos el mismo respeto. Si uno es gay o lesbiana, si es bombero o carabinero, la diversidad se debe respetar porque al final todos somos iguales, todos somos seres humanos".

La jornada de manifestación se desarrolló bajo la escolta de personal policial de la subcomisaría de Tierra Amarilla.

Niño copiapino de 7 años es furor con una guitarra y batería

VIRTUOSISMO. El pequeño Matías Muranda Morales comenzó su vínculo con la música a los tres años, hoy ya compone sus propios temas y cautiva con su talento.
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Carlos Alanis Contreras

"Aprendí a tocar la guitarra cuando era chico" dice el pequeño Matías Muranda Morales como si de fuera hace mucho tiempo y es que el niño tiene tan solo siete años, pero esa es su respuesta al consultarle de cómo adquirió los conocimientos que hoy lo perfilan como uno de los más pequeños guitarristas de rock alternativo en Copiapó. Pero el talento del pequeño no solo queda en saber tocar la guitarra, sino que también se le debe sumar su interpretación en la batería, y que a sus cortos años ya se ha dado el lujo de componer sus propios temas, además de realizar adaptaciones de connotadas bandas.

Músico y compositor

"El Mati" como le dicen en casa y su círculo más cercano, es hijo de Alejandro Muranda también músico y compositor del conjunto local "Replica". El orgulloso padre comentó acerca de cómo se da esta condición que "el Mati hoy está tocando entre batería y guitarra, no tiene estudios más técnicos, pero tiene un oído impeque. Él saca sus propias canciones conmigo como yo compongo. En mi grupo y también me ayuda a componer, nosotros hacemos rock alternativo y música propia y ahora estamos fascinados con él".

Primera Guitarra

Según cuenta el padre del pequeño músico, el "Mati" a los tres años empezó a tomar la guitarra de palo. "Después cachamos que soltaba mucho los dedos y ahí empezamos ya a incentivarlo. Le compramos su batería, empezó a meter bulla al principio y ahora es más técnico. Luego vino la guitarra y el amplificador y ahora estamos felices" señala el padre del menor.

Presentación en Público

Pero el pequeño no solo se queda en tocar para amigos o familia. Según comentó Alejandro "durante el verano nosotros tocamos en el Domo en Caldera y él me fue a ver como público, pero como en el resto de la banda saben que toca le empezaron a pedir que tocara. Primero se sentó en la batería y empezó a tocar, comenzó a llegar más y más gente lo grababan y él seguía tocando. Luego cambiamos yo me fui a la batería y él tomó la guitarra, ahí fue de locos llegó gente que le gritaba, lo grababan con celulares y con cámaras más profesionales, lo aplaudían mucho y lo subieron a youtube, él tocó dos temas y llegó más gente que la que nos fue a ver a nosotros".

El pequeño rockero cursa segundo básico en el colegio Cervantino de Copiapó y al consultarle qué instrumento le gustaba más dijo que "me gustan los dos. Desde los tres años empecé a tocar solo la batería, y a los cuatro mi papá me enseñó a tocar la guitarra", dice con una sonrisa traviesa.

Al recordar su presentación en el Domo de Caldera el "Mati" comentó que "al principio estaba nervioso pero después me gustó".

Pero la música no es la única pasión que tiene Matías ya que pese a su corta edad ya tiene claro lo que le gusta en el futuro: "quiero ser futbolista y músico".

El pequeño cuenta con un grupo de seguidores entre sus compañeros, los que según confesó le comentan que les gusta mucho como toca. "Me dicen que les gustaría ser como yo, y yo me siento orgulloso de eso", expresa el pequeño guitarrista.

Nombre de banda

Pese a que ya toca dos instrumentos, el pequeño comentó que encontraba un poco más difícil la guitarra porque "cuando tengo conciertos con mi papá y la banda, hay algunos punteos que todavía me cuesta aprender".

El Mati ya tiene claro incluso el nombre que le pondrá a su banda: "me gustan las Manta Rayas y así quiero ponerle a la banda y cuando más grande quiero seguir tocando con mi papá y quiero ser como él".