Me perdí por unos días de este mundo, no porque yo quisiera, no porque tuviera intenciones de generar mi pérdida del cosmos y sucumbir entre el delirio febril y las confusiones de lo que es sentirse ajena a tu propio cuerpo. Concebir que un ejército de microbios mal intencionado te destituyen de tu propio organismo tomando el trono es una de las sensaciones más desagradables. Pasé, como todos los infectados, los procesos de inyecciones a la vena, sobredosis de medicamentos, evaluaciones médicas, exámenes varios, quiebra económica, atención de salud tardía, etc, ahora continúo en este estado febril intermitente y otras veces constante, algunas veces con la invitada especial de las enfermedades respiratorias o virulentas "la señora escalofríos", es tan difícil no notar su presencia.
Traté de ver noticias, seguir la rutina cuando ando bien, pude visualizar la triste e injusta muerte de un guardia el 21 de mayo, pobre familia, un evento que jamás deberíamos olvidar, tanta violencia humana, tanto descontrol social, pareciera que nos hubieran arrojado anestesia para seguir violentándonos más. Estos hitos agresivos marcan la muerte a balazos de dos leones en el zoológico, consecuencia de la estúpida mala decisión de un imbécil, pero entre mi delirio creo que estarán mejor muertos en un mejor lugar que encerrados inmoralmente en una jaula, son animales que exploran y recorren kilómetros, jamás estarán plenos con límites que les impidan seguir avanzando en su andar, lo lamento por la leona que sigue ahí, sola. Al planeta lo estamos perturbando demasiado, hay invasión de aves y muerte masiva de peces en las costas del norte, esto ya parece de ficción, y quiero dejarlo escrito, publicado para que en el futuro recordemos como destruimos, demolimos, arruinamos y devastamos lentamente la belleza- Decido apagar la televisión y dejo que la luz de la ventana de mi pieza me abrace otra vez, los espejismos febriles constantes me dejan información cruda, de esa que inquieta, pero también tranquiliza, la invitada de honor quizá vuelva esta noche y compartamos un té caliente para evitar que me provoque fiebre otra vez, siempre he creído que todo ocurre para algo y por algo, hasta las peores desgracias que han circulado por mi vida y la de otros, y los mejores momentos tienen un lugar especial también, para darle play cuando quiera volver a disfrutar una vez más.
Claudia Latorre Zepeda Periodista y escritora