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Chile, país marítimo y su futuro

Poco a poco los desafíos cambian en los cuatro mil kilómetros de costa. Antes fue la soberanía; hoy parece ser el medio ambiente y la creatividad. Esta celebración sorprende al país en un debate sobre el necesario equilibrio que debe existir entre la explotación de los recursos pesqueros y la preservación de los mismos. Aquí hay mucho por modificar.
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La Armada y el Gobierno han dado inicio a las actividades de celebración del Mes del Mar. La conmemoración tiene un significado muy especial para nuestra Armada y para el país en general, pues es un reconocimiento a hombres visionarios que desde los primeros días de nuestra Independencia vislumbraron lo que nuestra dilatada costa podía significar para la riqueza nacional.

Chile se sitúa con orgullo frente al mar y muestra ante el mundo nuestro tráfico marítimo. A la Armada se le ha encomendado la misión del resguardo de la navegación, de la policía marítima y del combate contra la contaminación.

La importancia del Chile marítimo se le debe a aquellos visionarios que supieron aquilatar, en la distancia del tiempo, lo que significaría. José Miguel Carrera tal vez fue el primero que lo demostró, al adquirir con su propio peculio los buques que debían formar una escuadra que le diera a la patria el dominio del mar. Después fue Bernardo O'Higgins que con esas "cuatro tablas" logró conquistarlo. Asilado en Perú, siempre estuvo abogando por extender nuestra costa hasta el fin del continente y crear una empresa de remolcadores a vapor en el Estrecho de Magallanes. Blanco Encalada le dio a Chile los primeros triunfos en el mar, mientras Arturo Prat y Carlos Condell terminaron con las pretensiones peruanas, sellando nuestra hegemonía marítima.

Esta celebración sorprende al país en un debate sobre el necesario equilibrio que debe existir entre la explotación de los recursos pesqueros y la preservación de ellos, que si bien son renovables, también son finitos. La extracción normada y con valor agregado son aspectos claves para la sustentabilidad del recurso y para incrementar el valor de nuestras exportaciones. A la vez, por estos días se enfrentan las consecuencias de la marea roja, el fenómeno del Niño y, aparentemente, el calentamiento global.

El Mes del Mar debe ser un foco de iluminación, sobre todo a nuestra juventud, para que tome conciencia de la importancia de este patrimonio y de su preservación, y de homenaje a la Armada, que ha sabido históricamente defender nuestros derechos.