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Caminar y andar en bicicleta sería beneficioso incluso con contaminación

ESTUDIO. Hasta en las ciudades con más polución, los efectos positivos del ejercicio al aire libre son mayores que los riesgos de la mala calidad del aire.
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Mabel González

Los beneficios de caminar y andar en bicicleta son mayores que los efectos negativos que causa en la salud la contaminación, incluso en las ciudades con los mayores niveles de polución.

Esa fue la conclusión a la que llegó un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, cuya evidencia apoya la recomendación de usar la bicicleta en días muy contaminados con el fin de ayudar a reducir las emisiones de los vehículos.

La investigación llega en momentos en que ha aumentado la preocupación sobre el potencial riesgo que conllevaría la polución del aire al caminar y usar la bicicleta en ambientes urbanos, pese a que expertos han considerado el llamado "viaje activo" (que incluye este tipo de medios para moverse por la ciudad) como una buena forma para que la gente aumente sus niveles de actividad física.

Los autores recordaron que la contaminación del aire es uno de los principales factores de riesgo ambientales para la salud de las personas. Un informe reciente del Royal College of Physicians of Pediatrics and Child Health sugirió que este problema causa alrededor de 40 mil muertes prematuras al año en el Reino Unido.

Una de las mayores fuentes de contaminación del aire en las ciudades es el transporte, por lo que cambiar los autos, las motos y los buses por un "viaje activo" ayudaría a reducir las emisiones dañinas.

Sin embargo, quienes caminan o andan en bicicleta en esos ambientes inhalan más polución, lo que podría ser perjudicial para su salud.

Cálculo

Los investigadores usaron simulaciones por computador para comparar los riesgos y beneficios de los distintos niveles de intensidad y duración de un viaje a pie o en bicicleta por la ciudad en diferentes lugares del mundo.

Con estos datos, los académicos calcularon que, en términos prácticos, los riegos de la contaminación del aire no contrarrestan los beneficios para la salud de este tipo de actividad física en la gran mayoría de las áreas urbanas de todo el orbe.

Solo un 1% de las ciudades estudiadas tuvieron niveles de polución suficientemente altas como para que los peligros de la contaminación pudieran superar los beneficios del ejercicio después de una hora y media de bicicleta al día.

"Nuestro modelo indica que en Londres los beneficios de un 'viaje activo' siempre son mayores que los riesgos de la contaminación. Incluso en Nueva Delhi, una de las ciudades más contaminadas del mundo -con niveles de polución diez veces mayor que los de Londres- la gente necesitaría andar más de cinco horas a la semana en bicicleta para que los peligros de la contaminación superen los beneficios para la salud", explicó el doctor Marko Tainio, académico de la Unidad de Epidemiología del plantel británico y autor principal del análisis.

"Debemos recordar, sin embargo, que una pequeña minoría de los trabajadores de las ciudades más contaminadas, como carteros o mensajeros que usan bicicleta, pueden estar expuestos a niveles de aire contaminado suficientemente altos como para anular los beneficios que tiene para la salud la actividad física", agregó el científico.

Estudio no es un llamado a la inacción

Otro de los autores, James Woodcock, remarcó que si bien esta investigación demuestra los beneficios de la actividad física independientemente de la calidad del aire, no se trata de un argumento para no actuar ni combatir la contaminación. Más bien, dijo, entrega mayor apoyo a la necesidad de invertir en infraestructura para lograr que las personas dejen de lado sus vehículos y se animen a correr o andar en bicicleta, lo que en sí reduce los niveles de contaminación y a la vez fomenta la actividad física.

Un nuevo robot cirujano opera con más precisión que los médicos reales

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Equipado con herramientas e imágenes de alta precisión, un nuevo prototipo de robot realiza operaciones de cirugía con mayor precisión que los médicos reales, según un estudio que publicó ayer la revista Science Translational Medicine.

La investigación fue liderada por el Sistema Nacional de Salud de Niños de EE.UU., en Washington, y contó con la colaboración de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Maryland).

Así, solo con sacar el factor humano de la ecuación, los robots autónomos pueden reducir complicaciones y mejorar la seguridad y la eficacia de la cirugía en los llamados tejidos blandos, según el estudio.

Se entiende por tejidos blandos aquellos maleables y móviles, en contraste con los tejidos duros, que se refieren a los huesos.

La cirugía con robots autónomos se había puesto en práctica y con éxito en los tejidos duros, donde tareas como cortar huesos resultan de más sencilla programación para las máquinas.

En este estudio pionero con tejidos blandos, los investigadores compararon directamente la eficiencia de las operaciones ejecutadas por robots y por cirujanos expertos de forma manual.

En esta comparación, resultó más eficiente el robot, llamado STAR ("estrella" en inglés).

Siempre bajo supervisión, STAR probó ser "superior en todos los sentidos", tanto en suturación como en reconexión de segmentos, según el informe.

El ensayo se puso en práctica con cerdos, en concreto para operaciones estomacales, y todos los animales sobrevivieron a la operación sin complicaciones.

En su aplicación a los humanos, este tipo de cirugía se puede usar en operaciones de estómago, para extirpar tumores, así como para otras operaciones de tejidos blandos.

Los investigadores piden que se desarrolle más esta línea de trabajo, ya que creen que la cirugía robótica puede eliminar el error humano del quirófano.

El prototipo

Habilidades

Siempre bajo supervisión, STAR probó ser "superior en todos los sentidos", tanto en suturación como en reconexión de segmentos, según los científicos.

Aplicación

El ensayo se puso en práctica en operaciones estomacales a cerdos. Se espera que en humanos se pueda aplicar para extirpar tumores.

GTA, Sonic, Zelda y The Sims ingresan al "salón de la fama" de los videojuegos

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El museo The Strong, en Rochester, Nueva York, publicó ayer la lista de los seis títulos que integrarán la segunda generación del llamado "Salón de la Fama" de los videojuegos.

En una ceremonia realizada en esa ciudad estadounidense, la entidad anunció que de los 15 finalistas dados a conocer el mes pasado, se decidió dejar a "Grand Theft Auto III" (2001), "Sonic the Hedgehog" (1991), "The Sims" (2000), "The Legend of Zelda" (1986), "Space Invaders" (1978) y "The Oregon Trail" (1971).

Los videojuegos que integran este privilegiado lugar son escogidos sobre la base de cuatro criterios: estatus icónico, longevidad, alcance geográfico e influencia, según detallaron desde The Strong.

La primera generación

Este reconocimiento, dirigido a las franquicias que han marcado un momento en la historia de la industria, comenzó en el año 2015 con una primera generación compuesta por "Pong" (1972), "Pac-Man" (1980), "Tetris" (1984), "Super Mario Bros." (1985), "Doom" (1993) y "World of Warcraft" (2004).

La edición de este año dejó fuera títulos como "Elite", "Minicraft" y "Street Fighter II", los que habían logrado llegar hasta la instancia anterior.

The Strong decidió crear esta categoría para reconocer todo tipo de videojuegos (arcade, consola, computador, portátil y móviles) que han logrado disfrutar y mantener un lugar importante en la cultura pop y la sociedad.

Los organizadores destacaron en la ceremonia realizada ayer que cualquier persona puede entregar sugerencias para una próxima versión del Salón de la Fama.

Ahora, estos seis videojuegos reconocidos acompañarán a la primera generación en el segundo piso de las instalaciones de The Strong en Nueva York.