Hace algunos años nuestro medio publicó un video de unos perros persiguiendo un guanaco en el Parque Nacional Pan de Azúcar, a la vez también comunicamos de la presencia de zorros con distemper en el mismo lugar protegido, esos ejemplos son solo una muestra del daño que provocan la presencia de mascotas en las zonas naturales y su relación con la fauna nativa. Tan solo en nuestro país un total de 128 especies silvestres, al interior de los parques nacionales o reservas, han muerto a causa de ataques directos de perros y gatos según lo detalla un informe realizado por Conaf durante el 2007 y el 2012. Según el mismo estudio más de 1,5 millones de perros deambulan sin regulación ni dueño por las zonas rurales del país. A nivel mundial se sabe que 22 especies de aves, 9 de mamíferos y dos de reptiles que son autóctonas de las islas a causa de la cacería por parte del gato doméstico. Para las organizaciones animalistas debe haber una preocupación mayor de nuestras autoridades acerca del manejo urbano de los perros que deambulan libres por las calles, pero la situación se hace más compleja cuando nuestras mascotas abandonan la ciudad para buscar oportunidades de supervivencia en basurales, campos y finalmente en el medio silvestre. Las víctimas son los pudúes, los zorros, los guanacos, especies que no solo sufre el ataque directo de los animales asilvestrados, también son contagiados por enfermedades zoonóticas, es decir de origen animal, como la sarna o el distemper. El abordaje de este problema es complejo y requiere más que acciones de responsabilidad en el ámbito público. Nuestra participación es importante, sobre todo en lo que a tenencia responsable se refiere. Una de las forma de ayudar es no llevando nuestras mascotas si el paseo consiste en ir a un área silvestre protegida. La tenencia responsable consiste en un conjunto de obligaciones que contrae una persona cuando decide adoptar o mantener un animal de compañía, estas consisten en registrarlos, alimentarlos, albergarlos y darles los cuidados veterinarios indispensables para su bienestar. Esto también incluye ser responsable por los actos que ellos realicen, tales como mordeduras a personas o daños a otras propiedades, por lo mismo se recomienda controlar sus actividades reproductivas incluso esterilizando a la mascota en caso de ser necesario.