Celebraron su matrimonio civil entre barricadas y tomas en Diego de Almagro
COMPROMISO. Dejaron por un momento la lucha en el bloqueo de las rutas para compartir con sus compañeros la alegría de oficializar su relación.
Una pareja de funcionarios públicos se casó a fines de la semana pasada, en medio de la manifestación por el pago del Bono Atacama en Diego de Almagro. La pareja que se desempeña en la escuela Aliro Lamas, hizo un alto en la movilización para acudir a la oficina del Registro Civil donde contrajo matrimonio.
Paseo del "Puño"
El paseo de "El Puño de los Trabajadores" en Diego de Almagro, fue el lugar que María José Cepeda y Sebastián Echagüe escogieron para compartir su felicidad. En medio de una movilización que hoy cumple 29 días y que busca un mejor trato para la región y el pago de un bono para las y los funcionarios públicos, la pareja no abandonó el lugar donde a diario se manifiestan.
Él analista informático. Ella sicóloga. El "Seba" y la "Pepa" como los conocen sus cercanos, son oriundos de Santiago y se trasladaron durante el 2012 hasta Diego de Almagro porque, según comentaron, era en esta comuna donde se realizaba un proyecto que cumplía con sus ideales. De ahí hasta ahora han pasado cuatro años y sus raíces se instalaron en esa comuna atacameña, incluso una de su hijas nació en esta ciudad.
"Acá había un proyecto comunista el que se ajustaba a nuestros ideales y el otro tema es que en Santiago es invivible. Acá tienes tiempo aunque es carísimo, pero tienes tiempo para hacer familia", señaló Cepeda.
Vestidos con la informalidad de la contingencia, acudieron hasta la oficina del Registro Civil de Diego de Almagro para oficializar su unión.
Según recuerda María José "nuestra intención era casarnos el 25 de marzo, fecha en que se cumplió un año del aluvión por lo que significaba como un renacer, como el ave fénix, un reinicio, pero no fue posible porque seguimos en movilización. No pensamos que iba a durar tantos días".
Pero, según comentó la mujer, seguirán luchando por lo que consideran "justo y necesario para la región" y para el lugar donde hoy han echado sus raíces.
Limones, sal y arroz
Fueron estos elementos tan conocidos, como los antídotos para enfrentar las lacrimógenas y los gases disuasivos, mezclado con el alimento que se lanza a los novios como deseo de buen pasar y de buenos augurios, los que no estuvieron ausentes de una ceremonia tan sui generis como sus protagonistas.
Tan pronto finalizó el acto civil la pareja de recién casados volvió rápidamente hasta el paseo del "Puño", donde el grupo de manifestantes les aguardaba con una torta con sus nombres, sandwich y bebidas, e incluso el tradicional arroz para los recién casado no se hizo esperar y fue lanzado por los hombres y mujeres que tomaron un minuto para distraerse y compartir.
Ahí ante la proximidad de lacrimógenas y de Fuerzas Especiales, entre pañuelos y capuchas, entre consignas y el penetrante olor de los neumáticos quemados, sumado a la soledad del desierto, la pareja compartió un momento íntimo que ya se venía gestando hace un tiempo y esto porque según relató Cepeda, "la primera vez fui yo quien le pidió matrimonio, pero él no aceptó. De ahí le dije que nunca más se lo iba a pedir, así que fue él quien en medio de un carrete tuvo que poner su rodilla en el suelo y frente a todos sus amigos me pidió matrimonio, luego de pensarlo y después de dos tragos le dije que sí", relató entre risas la mujer.
"Fue él quien en medio de un carrete tuvo que poner su rodilla en el suelo y frente a todos sus amigos me pidió matrimonio, luego de pensarlo y después de dos tragos le deje que sí".
María José Cepeda, Empleada pública de Diego, de Almagro