Muchas interrogantes giran en torno a la resistencia de la tasa de desocupación a disminuir, a pesar de que la economía mantiene trazas de crecimiento, aunque a menor escala, de lo que experimentaba en los primeros cinco años de la presente década.
Un tema que ha tenido de cabezas a los especialistas del rubro puede que se haya dilucidado tras una investigación que realizaron los economistas del Ministerio del Trabajo, Stephanie González y Cristóbal Huneeus, quienes se dedicaron a estudiar la creación y destrucción del empleo entre los años 2009 y 2015. Sin duda sus conclusiones parecen fáciles de asimilar tras leer el estudio, pero que reflejan una realidad que solo existe en la intuición del ciudadano promedio.
La cuestión es simple, la recuperación del empleo tras la crisis del 2009 se dio en su mayoría a través de puestos de trabajo con plazo fijo y no mediante la relación laboral indefinida que complejiza la desvinculación al obligar al empleador a indemnizar tras el término de la relación contractual con el empleado.
Según el estudio, si en el periodo entre 2009 y 2015 el promedio anual de contratos indefinidos fue de un 30%, la tasa de desvinculación alcanzó el 29,8%, con este dato se obtiene por resultado que la creación neta de empleos indefinidos fue de 0,2%.
El mismo estudio observó que la tasa de contrataciones adicionales o a plazo fijo fue de 75,8% mientras que la desvinculación fue de 61,2%, lo que significó que la creación neta de empleos en este tramo fue de 14%.
Esto responde a hechos conocidos en economía, si el ciclo positivo de la economía es muy corto, crear muchos empleos con contratos indefinidos puede ser muy costoso cuando llega el momento de menor expansión económica y con ello se deba pagar un mayor número de indemnizaciones. Pero esto a su vez tiene por inconveniente que cuando el trabajador sabe que su contrato puede estar próximo a su fin, no tendrá incentivos para esforzarse y por lo mismo la productividad decae.
Sin embargo, el tema de las indemnizaciones fue parte del debate de la reforma laboral, pues los empresarios ven en esta parte un desincentivo a la contratación de más personas en calidad de indefinidos.