25M: reconstrucción y cuestión de tiempos
Mientras se alzan voces que reclaman la lentitud del proceso a un año de los aluviones, existen obras que demandan tiempo, sobre todo las de mitigación. La DOH contrató los estudios de caracterización del evento, con el objetivo de obtener parámetros hidráulicos y de sedimentos. Las obras definitivas podrían ser conocidas el próximo año.
Se ha cumplido un año de la catástrofe más grande ocurrida en la región de Atacama en los últimos 30 años. Un desastre que afectó a tres provincias y cinco comunas, cerca de 17 aluviones en un territorio que abarca casi mil kilómetros de sur a norte. Un evento de tales magnitudes no ha tenido punto de comparación para poder establecer un horizonte definido y registrar si la reconstrucción ha sido lenta o se encuentra dentro de los tiempos que en realidad se necesitan y así poner en orden las zonas afectadas, sobre todo en la comuna de Chañaral donde el evento golpeó con más fuerza.
Al cumplirse un año se levantan las voces que ponen en alerta sobre el ritmo de avance de la reconstrucción, precisamente es por estas fechas cuando escuchamos los anuncios de las autoridades, sobre todo en el sector vivienda. La instalación de la primera piedra de los barrios ecosustentables de Chañaral y El Salado, los cuales beneficiarán a más de 400 familias afectadas se transforma en un anuncio relevante en este contexto.
En estos casos la oportunidad o demora dependen de la medida que tiene cada uno para evaluar la emergencia, y en este sentido es lógico que para quienes aún esperan soluciones, un año es demasiado tiempo.
Otro tema surge con las obras de mitigación. El 2015 fue un año intenso en esta materia pues las complejas características que tienen los cursos fluviales en Atacama son la primera dificultad a la hora del despeje del cauce, retiro de escombros e instalación de defensas. En este sentido el MOP, a través de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) contrató los estudios de caracterización del evento, con el objetivo de obtener parámetros hidráulicos y de sedimentos para las futuras planificaciones. Con esto las obras definitivas podrían ser conocidas durante el próximo año.
Frente a la posibilidad de que se vuelva a repetir el fenómeno, los habitantes de las zonas más afectadas sienten miedo, sobre todo porque la demora de estos trabajos, que en muchas ocasiones perciben ante la ausencia de maquinarias, se traduce en la visión de que no se está haciendo algo por solucionar definitivamente el problema. Surge la percepción marcada por el tiempo y la experiencia individual ante una tragedia como el 25M.