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Empresa china xiaomi anuncia la venta de una "bicicleta inteligente" sin pedales y conectada al smartphone

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La empresa informática Xiaomi anunció el producto más caro hasta la fecha y que representa una expansión en el mercado del internet de las cosas: una bicicleta inteligente, sin pedales, que funciona con sensores especiales y puede sincronizarse con un smartphone.

Este peculiar medio de transporte llevará por nombre Qicycle R1, cuyo precio ascenderá a US$ 3.000. Pesará sobre los 7 kilos y estará fabricada en fibra de carbono. Tendrá piezas Shimano Ultrega, factor que otorga calidad a cambio de un alto precio, y el fabricante será iRiding, empresa en la que Xiaomi tiene participación.

La intención de la compañía china será crear diversos objetos que puedan estar conectados al teléfono.

"Sé que no se trata de una estrategia convencional, pero hemos decidido ir sumando al ecosistema que estamos creando aparatos inteligentes que no son convencionales, sino que tienen un gran potencial innovador", sostuvo Wang Chan, cofundador de Xiaomi, en declaraciones al diario El País.

La parte "inteligente" del Qicicle R1 serán los sensores que analizarán la cantidad de esfuerzo que emplea el usuario. Estos datos serán monitoreados a través de una aplicación en el teléfono móvil.

En principio, Xiaomi vendería esta bicicleta en China. Pero según el Wall Street Journal, podría llegar a otros continentes. Teniendo asegurado el mercado asiático y latinoamericano, la compañía buscará la conquista de Europa.

Según un reporte de El País, la empresa podría sumar a su catálogo bicicletas a batería y a un precio menor, considerando el bolsillo del ciudadano chino promedio. "Sin duda que vamos a ver algunos productos excitantes en nuestro porfolio este año", comentó Wang al citado medio.

Xiaomi conserva desde hace años su puesto como una alternativa de smartphone, en medio de la clásica competencia entre gigantes con sus teléfonos de alta gama de precios no accesibles para todos. Precisamente el bajo costo y propiedades similares a los de primera línea han ayudado a su expansión, así como la de otras compatriotas como Huawei.

La diversificación de sus productos es otra ventaja que poseen, pero que para algunos especialistas podría ser lo contrario. "Nosotros vamos a seguir concentrados en fabricar lo que mejor sabemos: móviles y televisores. El resto de productos corren a cargo de las empresas asociadas, que enriquecen el universo que estamos creando", aseguró Wang.

Navegando por la sangre del Valle

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Claudia Latorre Zepeda

El Embalse Santa Juana ubicado a unos 30 kilómetros de la ciudad de Vallenar bordea cerros y protege el valle de posibles crisis hídricas. La disconformidad comunal por el riesgo de agotar el recurso básico del agua imprime paredes y protestas contra las empresas que prometen miles de puestos laborales.

Daniela, de contextura delgada y ojeras que predican su cansancio nos hace evidente lo que ocurre frente a nosotros "¿Han notado como los pueblos han cambiado por el norte? Comenta mientras que los turistas toman fotografías con sus monumentales artefactos. Los jotes huyen de la invasiva presencia y el embalse luce su adiposa estructura al observar oleadas de flash sobre sus órganos. No comentamos nada, pero nuestra mudez provoca conversaciones silenciosas.

Avanzamos sobre una ruta escuálida y zigzagueante intentando adentrarnos al valle para encontrar a la abuela de Daniela, que promete hectáreas de frutas y el río a orilla de su hogar. Durante el recorrido los pueblos ofrecen oraciones inconformistas de acusaciones que estampan sobre las murallas de adobe ¨Pan para hoy y hambre para mañana".

Exploramos por angostas avenidas, donde la buena voluntad del chofer se pone a prueba para dar el paso al que viene del otro lado. Optamos por hacernos a un costado, mientras que una mano se asoma del otro vehículo y es sacudida al viento simbolizando los agradecimientos. Pareciera que el tiempo se hubiera detenido en las buenas costumbres de estos poblados, pero no así en su geografía.

Ya son las 15:00 horas y la Higuerita en San Félix arde como un incendio intentado ser apagado por los cañaverales que insisten en sacudir sus cañas encantadoramente estrepitosas.

Daniela se manifiesta preocupada mientras que Ale va en busca de agua a un bazar. "Antes, no había tantas quejas sobre las murallas del valle, es como si hubieran estafado a mi pueblo… tengo miedo Carola, a mi abuela no la he visto desde hace dos años". Quema un tabaco, el abismante silencio incomoda el entorno. Intento calmar su ansiedad mostrándole el valle. Gente con sillones en las terrazas, algo de agua que se derrumba por el camino, frutos de fácil acceso consumible, gente que saluda cuando pasas por su lado, uvas y tunas nos gesticulan con jugosas tentaciones. Pero Daniela solo sonríe mientras llega Ale con aguas.

Nos subimos al vehículo doblando en una curva "¡Acá!, ¡la tercera casa es de mi abuela! ¡¡¡Ahí está!!!!" la incertidumbre parece derrumbarse al descubrir que la casa se mantiene intacta. Daniela sonríe y se baja del vehículo sin dudarlo. Golpea la ventana y luego tira una cuerda que estaba amarrada a la chapa de la puerta, abre el portón cubierto de polvo y nos invita a entrar. Es una casa de campo nortino, de muros de adobe que mantienen la frescura del lugar. Al fondo se visualiza un patio con algunos árboles frutales, y un mesón de madera rebalsado de higos secos y tunas. Daniela nos grita desde el fondo "¡¡Ale!! ¡¡Caro!!!, ¡vengan! ¡Rápido!". Ambas corremos hasta el fondo sin saber qué ocurre, imaginando que veremos a su abuela cultivando y cosechando. Imaginamos esas lindas historias que nos contaba Daniela, hoy disfrutándolas frente a nuestros ojos. Al caminar por esos pasillos de madera imagino el rostro de su abuela de ojos negros y manos añosas, imagino su sonrisa amable amando su tierra.

Al llegar donde Daniela la vemos junto a su abuelo, abrazados, fuertemente abrazados. Nos unimos a ellos y Daniela nos muestra la foto de su abuela, tal como la imaginé. "Ella se fue con los árboles, se fue con el agua. Ella se fue con la tierra… ella está feliz allá. Ella se fue lejos de las estafas y de la tristeza quedándose solo con los lindos momentos".

Su abuelo le hace cariño en la cabeza "ella descansa feliz Danielita, y yo pronto iré con ella…" Sonríe el hombre calvo, de panza redonda y piernas delgadas. Nos invita a sentarnos para contar su historia. Daniela nos sonríe triste, pero feliz, sus ojeras se disuelven al descubrir lo que ocurre en el valle y los desafíos que deberá enfrentar en la zona.

Han pasado los días y debemos volver a la ciudadanía. A nuestro regreso, sin la compañía de Daniela, nos remecen las consecuencias que ocurren cuando al progreso no le importa el pasado, y me voy pensando en cuantas Daniela hoy luchan por ese valle, cuantas Daniela sostienen firme sus tierras, el agua, las cosechas… y defienden el trabajo que hicieron sus abuelos. Vamos navegando por el intestino del valle que solventa un colosal embalse llamado Santa Juana.