Desadaptación, problemas de sueño y alteraciones de ánimo durante los primeros cuatro días podría generar la entrada en vigencia del horario de invierno, que comenzará a regir la segunda semana de mayo y que se extenderá por tres meses.
Sin embargo, el análisis realizado por el experto y director de la Escuela de Psicología de la UST Copiapó, Ricardo Jorquera, sostiene que los efectos en el cambio de conducta en las personas -tras la puesta en marcha de la antigua zona horaria que este año regirá para los meses de mayo, junio y julio- no serían "significativos", puesto que el común denominador "tiende a adaptarse con facilidad".
Cambio
El año pasado, el Gobierno determinó aplicar el horario de verano durante todos los meses con el objetivo principal de lograr un mayor ahorro de energía. Sin embargo, otros factores que habrían impulsado la puesta en marcha de tal medida tenían relación con lograr disminuir el nivel de delitos cometidos durante las tardes oscuras.
Si bien, este último punto se habría logrado -de acuerdo a los hallazgos que arrojó la investigación realizada por el Comité Interministerial de Seguimiento del Horario-, el ausentismo escolar se incrementó en la población debido a la falta de luz en las primeras horas de la mañana según el mismo estudio.
"Presumo que lo más probable es que fue cierto sector de la población específico. No lo puedo confirmar, pero cuando tienes el hábito adquirido es más difícil cambiar ciertas rutinas, por más que este de noche o no. La rutina se mantiene", sostuvo el profesional.
Jorquera puntualizó que la claridad incentivaría la sociabilidad de las personas, ya que "si salgo del colegio de noche, o del trabajo, me voy a la casa porque presumo que llegó la hora de irse a acostar. En cambio, si tienes luz te das el espacio para compartir con amistades; genera un efecto súper positivo en las personas, sobre todo en los estados anímicos".
Conducta y nuevo horario
Respecto a los cambios que la nueva zona horaria podría causar en la población, el psicólogo explicó que "genera cierta desadaptación el cambio y después de tres o cuatro días las personas comienzan a funcionar con completa normalidad nuevamente. Como si no hubiese pasado", destacó el psicólogo.
El profesional subrayó que el horario de invierno significaría dormir una hora menos, mientras que los factores emocionales desencadenados en las personas obedecen a "ciertos trastornos del sueño, como insomnio o hipersomnia, y ciertas alteraciones del estado del ánimo que se tienden a caracterizar por un estado de tristeza (…) algunas personas, por el sueño, podrían tener cefaleas, dificultades de concentración, pero esto tiende a estabilizarse".
Sin embargo, Jorquera aclaró que "no es cierto que pudiese generar un efecto permanente en las personas de tipo negativo".
Energía y ausentismo
Uno de los principales motivos que habría gatillado aplicar el horario de verano durante todo el 2015 tiene relación con la búsqueda de conseguir una mayor eficiencia energética a partir del uso de la luz natural.
Tras ello, y al ser consultado por la efectividad que la medida alcanzó en este punto, el seremi de Energía, Rodolfo Guenchor, señaló que "nos dimos cuenta que el ahorro de energía fue efectivo, sin embargo, fue marginal. Lo que debemos rescatar es que tuvimos resultados realidad respecto de si la medida era consistente con la realidad que estábamos viviendo. Cuando se aplicó este cambio de horario sí tuvimos ahorro de energía, pero relativo al 1% (…) Podría haber sido mayor".
La autoridad del ramo indicó que, al tratarse de la primera vez que se aplicaba la medida, "teníamos claro que podíamos tener un ahorro interesante. Sin embargo, hay otros factores que han influido sobre la demanda energética. La realidad económica y distintos factores".
En cuanto al aumento del ausentismo escolar que habría sido desencadenado por el horario de verano, el seremi de Gobierno, Jorge Hidalgo, señaló: "quienes rechazan la medida (horario de verano) ponían en el centro de la discusión el impacto en los niños, los adolescentes, respecto de despertar en invierno a oscuras. Ese es el motivo fundamental por el que la gente rechazaba ese horario (de verano)".
Retorno al sistema antiguo
El 2015, el Gobierno determinó implementar el horario de verano durante todo el año, entre otros motivos, con el propósito de disminuir los índices de delincuencia en las tardes y generar una mayor eficiencia energética. Sin embargo, tras una consulta ciudadana que arrojó un 45% de disconformidad con la modalidad implementada el año pasado -debido al ausentismo escolar que se habría generado por falta de luz en las mañanas, se estableció atrasar en una hora los relojes del país entre los meses de mayo y agosto.
"El ahorro de energía fue efectivo, sin embargo, fue marginal (...) Cuando se aplicó este cambio de horario sí tuvimos ahorro de energía, pero relativo al 1%"
Rodolfo Guenchor, Seremi de Energía
"Lo que destaca son ciertos trastornos del sueño, como insomnio o hipersomnia, y ciertas alteraciones del estado de ánimo que se tienden a caracterizar por un estado de tristeza (…) algunas personas podrían tener cefaleas, dificultades de concentración"
Ricardo Jorquera, Dr. Escuela de Psicología UST