Uno de los grandes desafíos de Sergio Nakasone con el formato MasterChef, es lograr que cada temporada supere a la anterior. "Creo que eso lo logramos bastante bien en la segunda versión del programa", explica el productor ejecutivo de los realities de Canal 13. Nakasone agrega que "una virtud que tiene MasterChef, es tener la posibilidad de que todo Chile se sienta representado". Por eso, para MasterChef Junior, espacio que debuta el próximo domingo 20 de marzo después de Teletrece, intentaron hacer lo mismo en el casting. "Creo que lo logramos bastante bien", explica el trasandino.
No es un problema
A juicio de Nakasone, trabajar con niños ha sido complejo, pero no un problema. "Fue una satisfacción. Sí implica más responsabilidad trabajar con niños 34 niños en el estudio. Los adultos son independientes, pero en los niños lo primero que buscamos era que tuvieran pasión por la cocina y que no viniera por impulso de los papás. Y por otro lado, que los papás estuvieran de acuerdo en la participación en el formato. Durante este tiempo, trabajamos como si fuera una escuela y los niños vinieron y aprendieron algunas cosas, especialmente sobre seguridad en la cocina, ya que trabajan con muchos elementos peligrosos, como aceite hirviendo y cuchillos. La idea es que puedan desenvolverse bien y sin contratiempos ", agrega.
Sergio ¿será este un MasterChef distinto a lo que ya hemos visto?
Mantendremos el espíritu de MasterChef. Pero será un programa muy distinto porque toca otras teclas: tiene mucho humor, mucha frescura y mucha emoción. Creo que eso es lo más importante, la emoción. Lo que más agradece el público es la verdad y la transparencia. Y eso tienen los niños, que no tienen filtro. Los adultos difícilmente confrontan con los jueces. Acá los niños, si algo no les parece, desde su desparpajo confrontan a los jueces y defienden sus platos con mucho criterio.
Y los jueces... ¿Han creado buenos vínculos con los niños?
Totalmente. Tanto Yvin como Chris y Ennio, son padres. Por supuesto, a la hora de evaluar los platos van a ser muy serios. Sin embargo, por sentido común, no vamos a tener a nadie diciendo '¡Este plato es una mierda! No quiero adelantar muchas cosas, pero el vínculo es totalmente distinto al que generan con los adultos. El factor de cambio es tan simple y contundente como que los niños generan ternura, humor, sinceridad... No hay lugar para la especulación. Eso hace todo mucho más emotivo. Pero también más duro, porque las eliminaciones son muy difíciles.
Terminamos sufriendo más los adultos que los niños en esto. Es un programa que será una montaña rusa de emociones.