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Realizan fiscalización a locatarios de ferias de libres en Chañaral

OPERATIVO. Se debe a intoxicación de 72 personas en Diego de Almagro por consumo de pescados.
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Una fiscalización realizó la seremi de Salud de Atacama, Brunilda González en Chañaral, luego que cerca de 72 personas resultaran intoxicadas producto del consumo de pescado, específicamente del tipo Dorado, posiblemente debido a la falta de cadena de frío. Lo anterior, debido a que tres vendedores habrían realizado la comercialización en la localidad minera de Diego de Almagro donde ofrecían el producto marino a bajo costo.

De acuerdo a los antecedentes entregados por la autoridad de salud, adultos y niños se vieron afectados y unas cuatro personas quedaron hospitalizadas.

Al respecto, la autoridad señaló que en la fiscalización realizada ayer se detectó que no existe una cadena de frío, es decir se perdió la temperatura adecuada de mantención.

Al mismo, tiempo la Autoridad Sanitaria indicó que dentro de las fiscalizaciones realizadas a los vendedores de pescados se encontró a cinco de estos que no tienen resolución sanitaria para la comercialización de estos productos, por lo que no cumplen la normativa del Código Sanitario.

Por ello, se reiteró el llamado para que la gente adquiera productos del mar en lugares que cumplan con todas las normativas, puesto que la entidad continuará el operativo de fiscalización durante estos días, ad portas de Semana Santa.

Diego de almagro

Los afectados por intoxicación de Diego de Almagro llegaron hasta el servicio de Urgencias de esa comuna debido a molestias gastrointestinales que habrían sido provocadas tras la ingesta de pescado.

En este contexto, la autoridad del ramo ratificó que "(...)se encontraban con dolores gastrointestinales, junto con dolor de cabeza, y algunos han presentado inclusive casos más severos".

Respecto a la procedencia del producto, González sostuvo que "el común denominador indica que consumieron pescado en las ferias libres de Diego de Almagro. Este producto, lo más probable, es que haya estado a temperatura no adecuada y se haya generado una descomposición".

Funcionarios públicos narran cómo invirtieron el Bono Atacama

TESTIMONIOS. Cuatro trabajadores sostuvieron que empleaban el beneficio económico para el pago de arriendos, deudas, y la compra de vestuario y alimento para sus familias.
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El estudio sobre la Canasta Única de Gastos realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) serviría de base para determinar el costo de vida en la región y fijaría el futuro del Bono Atacama para este año. Sin embargo, el informe generó controversia ya que no sólo habría fijado a la región como una ciudad menos cara que Santiago, Antofagasta, Valparaíso, Temuco, Concepción y La Serena, sino que además habría servido de base para dejar sin efecto el instrumento económico en 2016.

Las voces de reclamo y dudas sobre los resultados arrojados por el INE no se hicieron esperar y, tanto parlamentarios como algunos alcaldes, sindicalistas y dirigentes empresariales manifestaron molestia ante el resultado arrojado por el documento.

Reacciones

Desde que comenzó la movilización y el paro indefinido (14 días) para estos personeros resulta fácil constatar -según señalaron en medios de comunicación- las diferencias de precios en alimentos, salud y vivienda con respecto de Santiago, siendo mucho mayor el costo en Atacama, según refuerzan en sus discursos.

Y es que nadie sospechaba que, cuando se produjera la liberación del primer bono el año pasado, este coincidiría con la peor crisis climatológica que viviera la región en décadas, ad portas, además, de una recesión de la actividad económica en Atacama producto del panorama mundial y la baja en el precio del cobre.

la educación

Para Juana Cortez, trabajadora administrativa del Hospital de Chañaral, el bono Atacama significó poder sobrevivir frente a un sueldo mensual de 344 mil pesos. "En este momento estoy de allegada y a partir de julio pierdo la ayuda del Gobierno, porque es por un año y voy a tener que ver qué hago para poder pagar arriendo y seguir pagando la universidad de mi hijo. Cada seis meses debo repactar o pido préstamos", comentó.

La mujer tiene dos hijos, uno de los cuales -su hija- obtuvo la beca 25 de marzo. Sin embargo, su otro hijo no alcanzó ese beneficio, según relató, por un desfase entre el régimen académico de la universidad y el plazo para optar a la beca.

"Mi hijo no pudo acceder a la beca del 25 de marzo porque, como su año de carrera recién comienza en abril y el aluvión se produjo en marzo, él, administrativamente, figura aún sin terminar el año de estudio anterior y sin matrícula aún del 2015, por lo que quedó fuera de la beca", señaló Cortez.

La funcionaria mantendría una deuda con la universidad de 650 mil pesos, monto que quedó de los abonos que entregó el año pasado gracias al Bono Atacama. No obstante, este mes se dio cuenta que no recibiría el bono y sus dos hijos quedaron sin matrícula. "La niñita debe hacerlo el lunes ( hoy) y tengo que conseguirme los 130 mil de matrícula", agregó.

los gastos

Nadia Zaldaña, asistente de educación de Vallenar, mencionó que el promedio de sueldo de un asistente "no va más allá de los 300 mil pesos". Ella recibió en su hogar a su hija -también asistente- y cuatro nietos. Entre ambas juntan cerca de 500 mil pesos mensuales. Pero no les alcanza para cubrir los gastos de seis personas.

"Con todos los gastos de la casa era imposible comprarle a los niños una zapatilla, un pantalón, una chaqueta. Cada tres meses, cuando nos llegaba el bono les comprábamos ropa, también pagábamos deudas que van quedando en el camino porque cuando se llega a fin de mes uno lo que hace con el sueldo es como la cebolla, quedas llorando, lo recibes y al otro día no hay plata", relató.

"Lo primero que requiere uno es poder llegar a descansar y atender a su propia familia, y a veces estas quedan botadas por tratar de incrementar un poco más el ingreso familiar", señaló la mujer, en relación a las horas extras que debe realizar para incrementar sus ingresos.

vivienda y salud

Con 25 años como auxiliar en el Laboratorio Clínico del Hospital Regional de Copiapó, Julio Tapia gana al mes 290 mil pesos y solo en arriendo gasta 200 mil mensuales. Aunque vive solo, los restantes 90 mil pesos no alcanzan a cubrir satisfactoriamente la alimentación, gas, agua, luz y locomoción.

"Cuando este mes no recibí el bono significó estar jugándomela con el dueño de a casa del arriendo para poder mantenerme en la casa. Tengo que pensar en el pago del arriendo, y como el bono era trimensual, yo juntaba las lucas para tener cuando no tuviera. Entre un bono y otro junto la plata para mantener el arriendo y tener derecho a llegar a una casa", dijo.

"Don Julio", como lo llaman, llegó a Copiapó en 1992 y viaja seguido a la capital donde se encuentran sus familiares. Por eso es enfático en señalar que en Santiago el arriendo es más barato. "Aquí, por ejemplo, hubo un tiempo que la gente se dedicó a arrendarle a empresas porque las empresas claro traen gente que son de las mineras, tienen como pagar 600 o 800 mil pesos por una casa, pero no una persona que trabaja en el sector público", reveló.

Para Jessica Cortez, técnico paramédico del Hospital Regional, el Bono Atacama está vinculado, además de las necesidades básicas, al desastre que dejó el aluvión. Ella perdió todo en Paipote y su hijo sufrió un retroceso en su tratamiento por discapacidad producto del shock sufrido ante la catástrofe. Mientras que su marido e hijo mayor tuvieron que quedarse para sacar el barro que superaba el metro de alto y habilitar la vivienda para que se reuniera la familia. El proceso tomo más de dos meses y dejó al matrimonio sobre endeudado.

"El diagnóstico de mi hijo es un retraso mental y tiene su carnet de discapacidad, tiene un 70% de discapacidad, y el Gobierno, yo no sé con qué se mide, que por ser casada y tener un título no me quieren dar la pensión de mi hijo, no recibo ninguna pensión por él", cuenta la funcionaria.

Jessica indicó que está recién comenzando como paramédico. "Llevo cuatro años trabajando en el hospital, ganamos 400- 450 mil pesos, más no. Eso es lo que uno gana con horas extras. Trabajamos 12 horas por turno. No es una realidad que salió en la tele que ganábamos un millón y medio, un millón cuatro", replicó la profesional.