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Avances y déficit para las mujeres

El género femenino ha avanzado en ser una ciudadana integral que ya ocupa todos los escalafones, aunque persisten variadas desigualdades respecto a los hombres. Desde 1990, la participación laboral de las mujeres entre 15 y 64 años aumentó en 14 puntos porcentuales, para llegar al actual 47,5% a nivel nacional.
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Hoy 8 de marzo es celebrado en todo el planeta el Día Internacional de la Mujer. La fecha, establecida por la ONU en 1975, recuerda el 8 de marzo de 1857 cuando un grupo de trabajadoras textiles decidió salir a las calles de Nueva York para protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban. Sería una de las primeras manifestaciones para luchar por sus derechos laborales. Distintos movimientos y sucesos se sucedieron a partir de esa fecha.

Desde entonces el avance e la mujer es innegable. El género femenino se ha ganado prácticamente todos los espacios en la sociedad chilena. Desde la primera magistratura, pasando por el poder judicial, el Congreso, la empresa, hasta las labores más humildes en otros sectores. La imagen de la mujer está lejos de ser hoy la de dueña de casa dedicada a la crianza de los hijos.

No obstante ello, los espacios que ocupan las mujeres en el mundo del trabajo aún tienen mucho espacio por avanzar. La participación nacional llega a un aproximado del 48%, muy por debajo del 62,3% del promedio Ocde y del 52,6% de sus vecinos en América Latina.

No cabe duda que elevar la participación de las mujeres en el mundo del trabajo es uno de los fundamentos elementales para superar la pobreza o incrementar el bienestar de las familias. Un ingreso extra define un salto cualitativo en materia económica, abriendo oportunidades para la unidad básica, además de permitir el mejor desarrollo del potencial de las mujeres.

Al tiempo, otro aspecto por resolver es la desigualdad. Aún se observan diferencias muy marcadas en las remuneraciones que se cancelan a las mujeres y a los hombres por una misma función, brecha respecto de la cual no existe ninguna explicación que no sea otra que el sexo.

Debe reconocerse el tremendo aporte del género femenino. Desde la maternidad, su amor y entrega, su fortaleza y valentía, hasta su forma compleja, inteligente e integral de entender el mundo. Por ello y por sus tantas otras cualidades, todos tenemos un eterno agradecimiento a todas las mujeres.