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Por primera vez observan efectos de la meditación en el cerebro

ESTUDIO. Personas que realizaron esta actividad registraron mayor actividad en las zonas neurológicas relacionadas con la concentración y la tranquilidad.
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Mabel González

Conforme se ha hecho más popular, la meditación ha sido sometida a distintas investigaciones científicas con el fin de determinar qué tan potente es su efecto en la salud de las personas.

Si bien se ha hablado mucho sobre sus potenciales beneficios, como reducir el estrés y el riesgo de algunas enfermedades, han sido pocos los estudios que los han demostrado empíricamente

Esto hasta ahora, pues un equipo estadounidense observó por primera vez cambios patentes en el cerebro producto de esta práctica, lo que sugiere que meditar efectivamente ayudaría a mejorar la salud de una persona.

El autor principal del estudio, J. David Creswell, de la Universidad Carnegie Mellon, recordó en The New York Times que para que esta actividad surta efectos, se requiere de "una conciencia abierta y receptiva, sin prejuicios de tu experiencia presente".

Una dificultad para los expertos al investigar la meditación ha sido el tema del placebo. En los estudios, por lo general, algunos participantes reciben un tratamiento real, mientras que a los otros solo se les proporciona un placebo. Es decir, los voluntarios creen que se les está entregando la misma terapia cuando en realidad no es así.

Pero en los análisis sobre esta materia, las personas tienen la capacidad de distinguir si están meditando o no.

Debido a esta dificultad, Creswell y científicos de otras universidades idearon una especie de "falsa meditación".

El primer paso fue reclutar a 35 hombres y mujeres desempleados que se encontraban buscando trabajo y que experimentaban un estrés importante. Se les hizo pruebas de sangre y fueron sometidos a escáneres cerebrales. A la mitad de ellos se les enseñó un tipo de meditación formal en un centro de retiro.

El resto realizó una especie de meditación falsa enfocada en la relajación y la distracción de las preocupaciones y el estrés. Entre otros, se incluyeron ejercicios de estiramiento, detalló el doctor Creswell, quien es profesor de Sicología y director del Health and Human Performance Laboratory de Carnegie Mellon.

El grupo que meditó puso especial atención a las sensaciones corporales, incluyendo las que les resultaban desagradables. En tanto que a los del grupo de relajación se les animó a conversar e ignorar los cuerpos, mientras su líder contaba chistes.

Al cabo de tres días, todos los participantes comentaron a los investigadores que se sentían renovados y más capaces de soportar el estrés que provoca la cesantía.

Sin embargo, los escáneres cerebrales revelaron diferencias solo en aquellos que se sometieron a sesiones de meditación. Específicamente, hubo más actividad, o comunicación, entre las zonas del cerebro que procesan reacciones relacionadas con el estrés y otras áreas vinculadas con la concentración y la tranquilidad.

Cuatro meses después, las personas que habían practicado meditación mostraron niveles mucho más bajos de un marcador sanguíneo relacionado con la inflamación, en comparación con el grupo que hizo ejercicios de relajación, incluso aunque pocos de ellos seguían meditando.

Los hallazgos

Escáneres

Las personas que meditaron registraron más actividad en las zonas del cerebro relacionadas con la concentración y la tranquilidad.

Inflamación

Además, estos voluntarios mostraron niveles mucho más bajos de un marcador en la sangre vinculado con la inflamación, según detallaron los autores.