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Estudio revela por qué la comida poco saludable es irresistible

ALIMENTACIÓN. La hipótesis señala que el cerebro se estimula con el aspecto de los productos y se siente atraído por las cosas que parecen "peligrosas".
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Pamela De Vicenzi

Hay estudios que respaldan la premisa de que la comida entra por la vista. Las personas suelen sucumbir ante un jugoso sandwich, una torta bien adornada y el burbujeo de una bebida refrescante.

Un estudio de la Escuela Internacional de Estudios Avanzados de Italia (SISSA) relacionó el efecto que producen los alimentos en los sentidos con una presunción afectiva: lo peligroso a veces es lo más atractivo.

Según los científicos, efectivamente el ser humano se ve atraído por estos platos poco saludables. Es el mismo señuelo que producen las personas y cosas que conllevan riesgos, ya que son difíciles de ignorar.

Experimento

Para indagar en este fenómeno, los investigadores pidieron a un grupo de personas dibujar una línea entre dos puntos en una tablet y al mismo tiempo responder a preguntas sobre las imágenes de los alimentos que allí aparecían, como plátanos y una pizza.

La mayoría de los participantes torcieron sus líneas hacia la imagen. El efecto más fuerte ocurrió cuando aparecieron imágenes de alimentos con altos niveles de grasas y carbohidratos. Algunas instantáneas fueron modificadas para que se vieran en negativo, es decir, con los colores invertidos.

Mientras los participantes dibujaban líneas, los movimientos de la mano mostraron que estaban inconscientemente atraídos por la comida.

La investigación, encabezada por Francesco Foroni, indicó que nuestros cerebros están programados para prestar atención a las cosas peligrosas. Los resultados de la prueba explican por qué tantas dietas fallan, y es porque simplemente la persona no puede resistir las cosas que se deben rehuir.

Atracción visual

La investigación de la SISSA no es la única que habla sobre la atracción visual que producen las comidas y sus consecuencias. Un estudio publicado el año pasado en el International Journal of Obesity concluyó que dejar comida a la vista puede favorecer el sobrepeso.

El sicólogo Charles Emery, perteneciente a la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), fue el encargado de realizar la investigación que afirma que el entorno del hogar influye en los deseos de comer de las personas.

Para ello, el equipo buscó identificar los factores asociados con la obesidad de las medidas de ambiente familiar, el comportamiento de compra de alimentos, la conducta alimentaria y el funcionamiento sicosocial.

Emery y sus colegas reclutaron a 100 voluntarios de entre 20 y 78 años. Del total, la mitad padecía obesidad, mientras que el otro grupo tenía un peso normal.

Para cada caso se realizó un estudio observacional en las casas de los participantes, el que duró dos horas. También se realizó una entrevista sobre los hábitos alimenticios y luego se realizó un seguimiento de las compras de alimentos que hacían y si tenían actividad física.

La investigación fue tan detallada que los investigadores incluso midieron la distancia entre el lugar favorito de la persona y el sitio donde guardaba la comida.

La conclusión fue que los participantes con obesidad solían dejar comida a la vista por toda la casa, no sólo en la cocina. También comían más azúcar y menos alimentos saludables que los que tenían un peso normal.

Aunque no hubo diferencia entre los grupos en los ingresos del hogar o el tamaño, los individuos obesos reportaron una mayor inseguridad alimentaria, más dependencia de la comida rápida y más capacidad de almacenamiento de alimentos en el refrigerador.