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El problema de la extrema riqueza

Resulta sorprendente conocer que las 62 personas más ricas del planeta concentran el 50% de los recursos globales. Esto es más que un problema de desigualdad. El mundo es cada vez más pequeño e interconectado. Hoy, prácticamente todos los problemas son globales y eso implica que las afecciones de un segmento gatillan consecuencias en todo ámbito lo que no está calibrado.
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Es la riqueza extrema un problema económico o político. Bien vale la pena hacerse la pregunta, considerando la forma en que ha derivado este problema en el mundo.

Un reciente reporte expuesto en el Foro Económico Mundial de Davos, reveló que las 62 personas más ricas del mundo poseen recursos equivalentes a los de la mitad de los habitantes del mundo.

La cifra es sorprendente, considerando que el planeta es habitado por unas 7 mil millones de personas y según el Informe de Desarrollo Humano de 2014 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) uno de cada cinco habitantes vive en situación de pobreza o pobreza extrema. Es decir, 1.500 millones de personas no tienen acceso a saneamiento, agua potable, electricidad, educación básica o al sistema de salud, además de soportar carencias económicas incompatibles con una vida digna.

El estudio, realizado por la organización humanitaria Oxfam, detalló además que la brecha entre los ricos y pobres se ha ampliado en los últimos 12 años, un detalle que no es nuevo y que parece un efecto indeseado y amplificado por la globalización.

Más allá de lo sorprendente de todo lo anterior, es que efectivamente el problema de la concentración de la riqueza es un problema político poco analizado.

Pensemos en los perjuicios de la concentración en pocas manos y los peligros que eso implica en términos de seguridad para las naciones, convivencia de las sociedades y dificultades para el desarrollo de mercados libres y competitivos.

Es curioso que tanto como el problema de la pobreza, hoy se nos presenten las dificultades derivadas del extremo opuesto.

Es cierto que los que menos tienen están en mejores condiciones, pero resulta insuficiente. La misma organización Oxfam precisa que el número de personas que viven en la pobreza extrema disminuyó entre 1990 y 2010, pero el ingreso promedio anual del 10% de las personas con recursos limitados aumentó menos de tres dólares al año en los últimos 25 años y eso no parece suficiente.