Secciones

Comer más azúcar y grasas puede afectar la calidad del sueño

ALIMENTACIÓN. Un estudio advierte que el exceso de estos compuestos y la falta de fibra perjudicaría la etapa en la que el cuerpo restaura su energía.
E-mail Compartir

Pamela De Vicenzi

Hay alimentos que en pequeñas porciones son necesarios, pero también son difíciles de digerir, sobre todo si se consumen en la cena.

El azúcar y las grasas saturadas hacen que el estómago trabaje más horas, lo que puede interferir en algunas funciones cotidianas, tales como en el sueño.

Así lo afirma un estudio encabezado por Marie-Pierre St-Onge, académica del Instituto de Nutrición Humana del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.

Alteración del sueño

La especialista y su equipo encontraron que un menor consumo de los compuestos antes mencionados están asociados con un sueño más ligero y menos reparador. En cambio, el consumo de fibra ayuda a que la persona permanezca más tiempo en la etapa del sueño profundo.

No así en el caso del azúcar, que provocó más despertares, y el de la grasa saturada, que afecta en el sueño de onda lenta.

También llamada "sueño profundo", el sueño de onda lenta se caracteriza por una disminución significativa en la frecuencia de las ondas cerebrales. Esta etapa es crucial para la restauración de la energía física.

"Nuestro principal hallazgo fue que la calidad de la dieta influyó en la calidad del sueño", señaló St-Onge en un comunicado. "Fue más sorprendente que un solo día de mayor consumo de grasas y baja fibra pudiera influir en los parámetros del sueño".

Los resultados de la investigación fueron publicados en el Journal of Clinical Sleep Medicine, perteneciente a la Academia Americana de la Medicina del Sueño (AASM, en inglés).

"Este estudio pone de relieve el hecho de que la dieta y el sueño se entretejen en la trama de un estilo de vida saludable", comentó Nathaniel Watson, presidente de la AASM. "Para una salud óptima es importante tomar decisiones que promuevan el sueño saludable, como comer una dieta nutritiva y hacer ejercicio regularmente".

El análisis

La investigación también encontró que los participantes se durmieron más rápido después de comer un menú prefijado por un nutricionista, que fue más bajo en grasas saturadas y alto en proteínas. Esto fue más efectivo que la elección de los mismos participantes.

Después de consumir alimentos y bebidas de su elección, los voluntarios tuvieron un promedio de 29 minutos para conciliar el sueño. Solo tuvieron 17 minutos para dormir tras comer la dieta controlada del nutricionista.

"El hallazgo de que la dieta puede influir en el sueño tiene enormes implicancias para la salud, dado el creciente reconocimiento del papel del sueño en el desarrollo de enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y la enfermedad cardiovascular", explicó St-Onge.

El estudio fue aleatorio e involucró a 26 adultos -13 hombres y 13 mujeres- que tenían un peso normal y una edad promedio de 35 años. Permanecieron durante cinco noches en un "laboratorio del sueño" y durmieron nueve horas, entre las 22 y 07 horas. En promedio durmieron siete horas y 35 minutos por noche.

Los datos objetivos del sueño de los participantes fueron recogidos a través de la polisomnografía. Se analizó el sueño de la tercera noche, después de tres días de alimentación controlada, y en la noche cinco, después de un fuerte consumo de alimentos.

Los autores sugieren que las recomendaciones basadas en la dieta podrían ser utilizadas para mejorar el sueño en las personas que no duermen bien.

El sueño, crucial para tener buena salud

Existen diversos estudios que respaldan la idea del sueño como una etapa crucial en la que el cuerpo se repone. De lo contrario, podría dar paso a enfermedades crónicas. Por ejemplo, una investigación de la Universidad de Leiden (Holanda) señaló que dormir mal una noche puede afectar la capacidad del cuerpo de usar la insulina para procesar el azúcar en la sangre, lo que explicaría en parte por qué han aumentado las personas que padecen de diabetes.

5 noches duró el experimento realizado para comprobar la relación entre el consumo de alimentos y la calidad del sueño.

26 personas formaron parte del estudio realizado por especialistas del Centro Médico de la Universidad de Columbia (EE.UU.)