Carolina Collins
Restringir el consumo de alimentos produciría una "reprogramación" del reloj biológico, lo que se traduciría en una prolongación de la vida. Eso es lo que aseguran los científicos Buck Institute for Research on Aging (EE.UU.), que llevaron a cabo un estudio con moscas, respecto al consumo calórico y sus repercusiones en las expectativas de vida.
Según asegura la investigación, que fue publicada por la revista especializada Cell Metabolism, la restricción en la dieta de las moscas de la fruta, incrementa la expresión de los genes del reloj circadiano (reloj biológico) en el tejido periférico y mejora los ciclos de la descomposición y la síntesis de las grasas.
Esta sería la razón que explicaría por qué la restricción de los alimentos podría tener una incidencia en la extensión de la vida.
Para llegar a esa conclusión, los autores del estudio redujeron la ingesta de proteínas en la dieta diaria de las moscas, lo que produjo un aumento en la capacidad de sus relojes biológicos y además mejoró su ciclo de descomposición y síntesis de materia grasa.
Esta mejora en la metabolización de las grasas, sería la explicación a la pregunta sobre por qué ingerir menos calorías produciría una prolongación de la vida en diversas especies.
Durante el experimento, los científicos alteraron el reloj biológico de las moscas, tanto genéticamente, como a través de factores externos, como por ejemplo, exponiéndolas a la luz constantemente. De esta última forma observaron que los insectos se volvieron insensibles a los beneficios de la restricción dietética.
Asimismo, al alterarlas genéticamente, fomentando la función del reloj biológico, vieron que se producía el mismo efecto de la extensión de la vida sin necesariamente disminuir la ingesta proteica.
Esto les permitió a los expertos que llevaron a cabo el estudio, concluir que podrían desarrollarse fármacos para incrementar las funciones del reloj biológico y no tener que comer menos o someterse a dietas extremas para mejorar las condiciones de la salud.
"Más del 10 a 15% del genoma está bajo control del reloj circadiano, especialmente aquellos genes que regulan los procesos que implican la reparación celular y el metabolismo", explicó el autor principal de la investigación, Pankaj Buck Kapahi.
"Cada célula tiene un reloj y la acción de los relojes en los tejidos periféricos, grasa, intestinos, riñones, desempeña un papel importante en la modulación del metabolismo y por lo tanto en la mediación de la prolongación de la vida a través de la restricción dietética", agregó.
A través de una investigación anterior, los científicos observaron que aquellas moscas que mantuvieron una dieta estricta extendiendo su vida, además tuvieron cambios en sus niveles de triglicéridos.
Con esta nueva investigación los expertos sugieren que hay un gen del reloj circadiano que incide en el ciclo de unos triglicéridos específicos durante la restricción dietética. "El papel de los triglicéridos de cadena media en el envejecimiento y en la regulación de las funciones del reloj biológico no está claro, sin embargo, la dieta rica en triglicéridos de cadena media se ha asociado con pérdida de peso y la mejora de la vida en seres humanos y ratones", explican en el estudio.
Los científicos añadieron que los ritmos circadianos disminuyen con la edad, pero en el caso de las moscas con restricción dietética "«mantienen una solidez a medida que envejecen, lo que creemos que les ayuda a vivir más tiempo".
Los beneficios del ayuno
Este no es el primer estudio que relaciones la disminución de la ingesta calórica con el aumento de las expectativas de vida. Un grupo de expertos de la Universidad del Sur de California (EE.UU.), comprobó que ciclos de cuatro días de una dieta baja en calorías reduce la grasa abdominal visceral y eleva el número de células progenitoras y células madre en varios órganos de ratones viejos, incluidas del cerebro, lo que repercute en una regeneración neuronal y mejora el aprendizaje y la memoria.