Cautela en tiempos de crisis económica
Se vienen momentos complicados y se requerirá de mucho tino para resolver los conflictos de la mejor manera.
Por estos días el sector público está negociando su reajuste, y algunas mineras buscarán adelantar sus negociaciones para buscar acuerdos consensuados, dado la compleja situación que se vive en el mercado nacional.
Recientemente tuvimos que vivir el paro del Registro Civil que exigía el cumplimiento de beneficios prometidos con anterioridad pero que no se habían materializados. Esto dejó como saldo que la institución estuviera 39 días sin funcionar y dejando cerca de dos millones de trámites pospuestos.
De por medio hubo una dura negociación cuyo resultado no dejó satisfecha a las partes, que debieron ceder en sus demandas producto de la presión y de que la realidad económica no permitía consentir todas las exigencias económicas del servicio.
En estos días, la oferta original del sector público ya se ha bajado de 8 a un 7,8 por ciento nominal, mientras que el Estado ha subido de un 3,1 a un 3,2 su oferta.
Es que la realidad económica que enfrenta el país, incluido el Estado, no permite ofertas más generosas como ha sido en años anteriores.
Entonces es importante que frente a la situación actual impere la cordura y la objetividad para tener la capacidad de determinar qué es lo más justo y no perjudicar el desarrollo del país.
Además, tampoco será bueno un aprovechamiento de esta inestabilidad económica para ir en desmedro de la fuerza laboral y menos caer en amenazas de despedidos u otras presiones para cerrarse a cualquier beneficio.
Lo mismo comenzará a ocurrir en el sector minero,
con negociaciones que se aproximan y donde deberán darse pasos con mucha cautela, para buscar la manera de sostener el trabajo en conjunto y buscar acuerdos de beneficio que estén directamente relacionados con cifras de productividad.
La situación es compleja y en este tiempo será difícil que todas las partes queden satisfechas y quizás será necesario realizar esfuerzos y llegar a acuerdos en forma más fría considerando que no hay una recesión pero sí una desaceleración.