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Déficit atencional y discriminación

Hay coincidencia que la discriminación incide directamente en el bienestar de los niños, niñas y adolescentes, y les afecta en su nivel de vida. Los colegios deben estar fomentando la tolerancia, el respeto, la no discriminación y la solidaridad para generar conciencia sobre la importancia que tiene una buena convivencia en sus instituciones.
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Un estudio de la Superintendencia de Educación ha revelado que los alumnos con síndrome de déficit atencional son los más discriminados en el sistema escolar, luego de analizar 1.456 denuncias presentadas entre 2013 y 2014.

La enseñanza básica es el tramo que concentra un mayor nivel de denuncias (63,9%), seguida por la instrucción media (20,7%). Del total de casos registrados en el período mencionado, el 51% correspondieron a escolares con problemas de déficit atencional, seguida de la discapacidad física o intelectual y la apariencia personal. Y la situación está lejos de resolverse, porque entre enero y agosto de 2015, la Superintendencia ha recibido 318 denuncias, de las cuales poco más de la mitad sigue afectando a estudiantes con déficit atencional.

La discriminación incide directamente en el bienestar de los niños, niñas y adolescentes, y les afecta en su nivel de vida. Llama atención que el trato discriminatorio provenga principalmente de sus propios compañeros. El problema se manifiesta en segregarlos, en ocasiones con burla o intimidación, y una persecución que puede llegar hasta la agresión. De ahí que el Ministerio de Educación ha llamado a la comunidad escolar para trabajar en conjunto, con el fin de evitarlo.

El acoso no discrimina entre tipo de colegio ni nivel socioeconómico, ya que está presente en todos ellos, aunque más de la mitad de los casos se dieron en colegios particulares subvencionados. Hay instrumentos legales para atacar estos problemas, cuando se hacen difíciles de manejar. Por ejemplo, en 2011 se promulgó la ley contra el bullying, para hacer frente a la creciente violencia escolar, estableciendo sanciones monetarias a los colegios que no tomen medidas.

Sin lugar a dudas que el problema de la discriminación no se resolverá con la ley, ya que hay costumbres arraigadas en parte de la sociedad, por lo que es un proceso que tomará tiempo, donde la educación y la formación de las nuevas generaciones serán vitales. Hay que inculcarles la necesidad de encaminarse hacia una sociedad más inclusiva, participativa y tolerante con las diferencias.