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Chile: ¿El mejor país de América Latina para morir?

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Chile, quizá para sorpresa de muchos, aparece en el ranking como la mejor nación de América Latina en este ámbito, pese a las dificultades que vive el sistema de salud público que cubre a más del 80% de la población.

¿Qué significa morir bien? Se trata de que toda persona tenga el derecho a una muerte digna, con atención médica oportuna y cuidados paliativos que le proporcionen el mayor nivel de calidad de vida posible en esas circunstancias, así como el derecho al acompañamiento de los familiares, amigos, y también del personal de salud.

El derecho a una muerte digna significa que el paciente tiene que participar, en virtud del respeto a su libertad y autonomía, en las decisiones que se tomen cuando se acerca el final de su vida. Tiene el derecho a saber qué está pasando y cuál es su situación clínica, así como también el derecho a no saber si así lo desea.

Así, un paciente puede tener motivos éticos fundamentados para rechazar un tratamiento, al igual que puede haber razones muy válidas para que el equipo médico tome una decisión, junto con el paciente y su familia, para limitar el esfuerzo terapéutico y adecuarlo a la situación concreta. Cuando ya no es posible curar, el médico debe cuidar y acompañar al enfermo, y proporcionar cuidados paliativos, que es un derecho que aparece también en la ley.


Caravana de la muerte

El 16 de octubre de 1973 se posó en el regimiento de Copiapó, ese mismo que se observa desde los colectivos Línea 7 que pasan por Los Carrera, el helicóptero Puma con la tripulación de la muerte, la que perpetraría crímenes que todavía asombran a la comunidad de Copiapó.

El 17 de octubre de 1973 fueron asesinados en el regimiento y transportados posteriormente a la Cuesta Cardones los ciudadanos, donde el informe oficial consigna su fusilamiento: Fernando Carvajal, Manuel Cortázar, Winston Cabello, Agapito Carvajal, Alfonso Gamboa, Raúl Guardia, Raúl Larravide, Ricardo Mancilla, Adolfo Palleras, Pedro Pérez, Jaime Sierra, Atilio Ugarte y Leonello Vincenti.

Todos eran adeptos al gobierno de la Unidad Popular. Ese era su delito. Quedó demostrado en el proceso que sustanció el juez Juan Guzmán Tapia que no hubo proceso ni investigación. Simplemente fueron asesinados por los integrantes de la posteriormente denominada Caravana de la Muerte, los militares Sergio Arellano, oficial delegado de Pinochet; Sergio Arredondo, Pedro Espinoza, Carlos López, Marcelo Moren, Emilio de la Mahotiere, piloto del Puma; Luis Polanco, Juan Chiminelli y Armando Fernández Larios.

Se unieron personal militar local como Patricio Díaz, Juan Morales y otros que fueron encauzados, procesados y condenados por la justicia chilena.

Hubo masacre en el regimiento. Los corvos empleados por los insanos dieron cuenta del académico de la UTE Leonello Vicenti y del funcionario de Radio Atacama, Jaime Sierra.

Masacre que intenta ser justificada por parte de la sociedad local que estuvo con el golpe militar existiendo sospechas que de su interior surgieron los nombres de quienes fueron ultimados.

Mientras no se asuman esos hechos por parte de toda la ciudadanía, no podrá, aunque pase el tiempo, conformarse una sociedad sana que acepte las diferencias y avance sobre la base de la verdad, la justicia y el perdón.


¿Ud. ha leído la Constitución?

Un estudio difundido en Londres por The Economist Intelligence Unit publicó los resultados de su "Índice de Calidad de Muerte", donde analizó los cuidados paliativos hacia el final de la vida en 80 países. En éste, el Reino Unido fue el país que mejor trato ofrece a quienes están muriendo, gracias a sus políticas públicas sanitarias, una fuerte red de centros para enfermos terminales y un importante compromiso de la sociedad en este tema.

Francisco León, director del Programa de Bioética de Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Central de Chile

No tenemos derecho a olvidarnos. Aunque muchos estimen que es preciso hacerlo. Olvidar es transformar el pensamiento en cómplice de hechos bárbaros que han atentado contra la conciencia humana.

Osman Cortés Argandoña

Como el proceso para la Nueva Constitución será muy inclusivo, todos los chilenos podrán participar entregando sus ideas y opiniones, sin embargo ¿cuántos chilenos habrán leído completa la Constitución vigente al día de hoy? ¿cuántos sabrán de todos los cambios que se le han hecho a la propuesta original? Para hacer bien el trabajo es necesario saber lo que se tiene para poder pensar en algo nuevo y no quedarse solo con la información sesgada y los rumores ó el mito de lo buena ó mala que puede para Chile la Constitución existente…

Luis Enrique Soler Milla