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Un estudio revela el origen biológico de los antojos

ALIMENTACIÓN. Dos investigadores creen que las bacterias intestinales pueden intervenir en el contacto entre el cerebro y el sistema digestivo.
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Pamela De Vicenzi

Resistir los antojos de comidas altas en azúcar y grasas es un desafío cotidiano para las personas. Sin embargo, no se trataría de un problema netamente sicológico, sino más bien tendría un origen biológico.

Dos estudios citados por Daily Mail abordan esta teoría. Uno de ellos asegura que la falta de autocontrol no sería la causa exacta del deseo de comer estos alimentos, sino que se trataría de bacterias alojadas en el intestino.

Los autores de este estudio creen que los resultados aportan una nueva visión en la prevención de la obesidad, diabetes, enfermedades del corazón y cáncer.

"Como titiriteros microscópicos, los microbios en el intestino pueden controlar nuestra conducta alimenticia de muchas maneras, incluyendo la producción de toxinas que alteran el estado de ánimo, cambios en el gusto y el 'robo' de nervios entre el intestino y el cerebro", explicó Carlo Maley, perteneciente a la Universidad de California en San Francisco y uno de los líderes de la investigación.

Los científicos sugieren que el origen de los antojos está dado por una "lucha evolutiva" entre los consumidores y estas bacterias intestinales.

"A veces siento que los antojos de carbohidratos no podrían ser míos, pero mi sistema está siendo 'secuestrado' por mi instinto microbiótico. Los microbios controlan la mente", ejemplificó Anna Zarkrisson, autora del segundo estudio publicado en Acta Psysiologica, revista perteneciente a la Sociedad Fisiológica de Escandinavia.

Ejemplo

La influencia de algunas bacterias intestinales que pueden cambiar el comportamiento de su anfitrión ha sido consignada en algunas investigaciones. Tal es el Toxoplasma gondii, protozoo parásito causante de la toxoplasmosis.

En el caso de esta enfermedad, la bacteria puede causar tal error en el comportamiento que los impulsos aumentan y la defensa se disminuye. Esto explicaría por qué los ratones son más vulnerables a los gatos.

Los seres humanos, que adquieren la bacteria a través del contacto con animales domésticos o por comer carne contaminada, rara vez experimentan algún síntoma debido a la fortaleza del sistema inmune. Sin embargo, y según algunos estudios, al padecer esta enfermedad provoca que las personas se vuelvan más impulsivas y propensas a la conducta imprudente.

Teoría

Los genes de las bacterias superan en número a los genes humanos de 100 a uno en el sistema digestivo. El 70% de las células que componen el sistema inmunológico del cuerpo se encuentran allí.

Según uno de los estudios, las bacterias tienen necesidades particulares. Los bacteroidetes, por ejemplo, se alimentan de grasa y han sido vinculados a la obesidad.En tanto, la roseburia favorece el azúcar.

Una posible forma de que estas bacterias influyan en el comportamiento es a través de su efecto sobre los neurotransmisores. También podrían ser capaces de manipular las hormonas e interferir en las señales que viajan a través del nervio vago entre el intestino y el cerebro.

Maley señaló que hay evidencias de una relación entre la ansiedad y el intestino de los seres humanos, ya que las personas que desean chocolate tienen diferentes microbios en la orina, en comparación a otras que no sienten este antojo. "Sugerimos que el conflicto evolutivo entre el huésped y los microbios en el intestino conduce a una diferencia en los intereses sobre la conducta alimenticia", sostuvo.

Los antojos nocturnos

Un estudio publicado en mayo en la revista Brain Imaging and Behaviour indicó que las personas son más propensas a sentir antojos en la noche, ya que en ese momento las respuestas neuronales ante los alimentos son más bajas en ese horario. "Nos dimos cuenta que el cerebro responde de manera diferente en diferentes momentos del día y esto podría tener implicaciones para la conducta alimentaria", subrayó Lance Davidson, uno de los autores del estudio.