Al respecto quisiera dar algunos datos: Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Chile tiene la tasa de licenciados desempleados más alta de los 34 estados pertenecientes a este organismo con un 5,4%, le sigue México con un 4,8% de licenciados desempleados.
La Encuesta Nacional de la Juventud 2010, concluyó que sólo el 32% de los jóvenes profesionales trabaja en algo relacionado con la carrera estudiada, mientras que un 56,7% de ellos, no se encuentran desempeñando una labor relacionada con sus estudios. Además, el 24,7% de quienes ya poseen un título se encuentran cesantes.
Un 53,38% de estos profesionales afectados posee un rango de edad entre 26 y 35 años de edad, quienes además se caracterizan por tener muy bajas aspiraciones salariales, hecho que se demuestra con que sólo el 17,8% de ellos, aspira a sueldos superiores a los $500.000, en cambio el 48% restante, aspira a un sueldo de hasta $300.000 pesos. Esto evidencia que estos jóvenes endeudados por el sistema educativo chileno, no aspiran a un sueldo digno.
Según datos del Servicio de Información de Educación Superior (SIES) se evidencia un incremento a nivel global de la cantidad de titulados del 50,3% en los últimos cinco años.
Si relacionamos esta última información con el desempleo profesional, nos daremos cuenta que el trabajo por cuenta propia, el subempleo y el subcontrato, son las formas de trabajo que terminan realizando el 54% de los profesionales que no ejercen su profesión. Esta situación ocurre, entre otras cosas, porque existe una sobre oferta de Universidades, IP y CFT, las que indebidamente han sido acreditadas por la Comisión Nacional de Acreditación, ya que bajo ninguna circunstancia, su sobreoferta de profesionales será absorbida por los empresarios y las instituciones públicas. Esta situación, en ningún caso es azarosa, ya que se tiene claramente pronosticada, lo que viene a constatar el total desinterés de estas Universidades-Empresas, porque sus estudiantes egresados de sus instalaciones, encuentren trabajo en lo que estudiaron.
¿Incide realmente el abaratamiento de los "precios" en un mejor servicio a los pacientes?, ¿podrán estos profesionales a quienes confiamos nuestra salud y la de nuestra familia con estos ingresos y empleabilidad gozar de la tranquilidad requerida para atender nuestros problemas de salud, gozar de una buena calidad de vida, mejorar o actualizar su currículo, comprar los mejores insumos y materiales del mercado para dar una adecuada solución terapéutica a cada caso o preferirán maximizar sus utilidades?, ¿es posible pensar que un profesional agobiado pueda anteponer la ética ante las presiones siempre crecientes del ultracompetitivo mercado laboral? ¿es realmente un beneficio para la comunidad esta competencia descarnada entre los profesionales? Recordemos que hablamos de nuestra salud.
Educación libre
De acuerdo a los resultados de la primera medición del barómetro de la libertad publicada por la Fundación para el Progreso, vemos que en el segundo lugar de importancia de las libertades se encuentra aquella que manifiesta "decidir la forma de criar y educar a los hijos", a la vez de que dicho barómetro también evidencia que hoy esta tarea es más difícil que antes.
Me pregunto si con la reforma educacional en curso, que pone fin a la selección "de modo de reducir la diferencia entre aulas y escuelas" según el proyecto de ley, tendrán alguna capacidad de decisión a la hora de elegir sobre la educación de sus hijos, las madres de nuestro país. Si lo que se pretende es igualar y reducir la diferencia, entonces sólo habrá una posibilidad de educación, y ya no habrá libertad de elección.
CIDH y militares
Me inquieta, cuánto tiempo más transcurrirá para que ésta Corte, también y en una acción que la haga más creíble y confiable transversalmente, se preocupe por tantos miembros de nuestras FF.AA y Carabineros injustamente procesados quienes permanecen privados de libertad y a quienes nunca se les respetó y aplicó su derecho a un debido proceso como a cualquier otro ciudadano imputado en el país, vergüenza para un país que se dice democrático y donde se respetan las leyes.
Hace unos días en un conocido café de la Plaza de Armas de Copiapó, una persona me comentó "han llegado muchos dentistas a Copiapó, lo cual es bueno ya que de esta forma compiten y bajan los precios".
Darío Felipe Alcayaga Cáceres, cirujano dentista Universidad de Chile
Señor director:
Carolina Domínguez Bennett, Fundación Voces Católicas
Señor director:
La Corte Internacional de Derechos Humanos (CIDH), ha cuestionado a nuestra Corte Suprema.
José Manuel Caerols Silva