Paros
Que los funcionarios públicos no tengan derecho a huelga es parte de lo establecido en las reglas del juego y que todos asumen al ingresar y pasar a ser parte del sistema gubernamental. Los servicios públicos por Ley, no pueden suspender sus funciones y dejar de entregar atenciones sin crear un perjuicio grave a la ciudadanía, esto se debe a su carácter monopólico.
Los funcionarios públicos se rigen por estatutos especiales, el cual en teoría entrega un alto nivel de estabilidad, donde se incluye la carrera funcionaria y múltiples beneficios que no están presentes en el área privada.
Bajo esta mirada ciudadana, podemos entender que los paros o huelgas de funcionarios públicos no sean algo democráticamente aceptable y menos cuando toman las movilizaciones como una forma de chantaje cuando lo hacen en momentos especialmente sensibles para la prestación del servicio que proveen, eso es doblemente perverso.
No se debe olvidar que la atención a los ciudadanos es la razón de ser de los servicios públicos y bajo ese legitimo argumento, los ciudadanos no podemos convertirnos en rehenes y estar sujetos a la voluntad de los servidores públicos que actúan solo motivados por su legítimo interés particular, sin embargo bajo la normativa vigente sus movilizaciones no son legales.
Por desgracia, cuando los funcionarios públicos realizan movilizaciones como herramienta de presión, no es el gobierno de turno quien pierde, los perjudicados somos todos quienes dejamos de recibir nuestras atenciones.
Es indispensable que el estado deje de ser paternalista y de una vez por todas deje pasar estas actitudes ratonescas de los servidores públicos y haga los descuentos y sumarios a quienes no entregan los servicios por los cuales están contratados, porque no se trata de devolver las horas, no se trata de trabajar los sábados, no se trata de haber firmado y permanecer en el puesto de trabajo sin entregar el servicio, ya que reparar el daño ocasionado por los servidores públicos a los usuarios muchas veces puede ser de vida o muerte.
Marihuana y el trabajo
En un país en el que los accidentes laborales que dan positivo a alcohol o drogas ya representan un tercio del total, según las cifras de la ACHS, ¿Queremos a la marihuana aún más cerca de conductores de autobuses escolares, taxistas, conductores de buses o de quiénes manejan maquinarias pesadas?
En el primer Congreso Latinoamericano Drug Free Workplace, realizado en Chile, expertos estadounidenses contaron su experiencia sobre las tres décadas que llevan preocupándose por el consumo laboral de alcohol y drogas. ¿Por qué partieron? Patrice Kelly, de la Oficina de Políticas de Alcohol y Drogas del Departamento de Transportes del Gobierno de EE.UU., comentó que una de las razones fue que el 4 de enero de 1987 en Maryland, murieron 16 pasajeros en un choque frontal de trenes. ¿La causa? El maquinista y el ingeniero fumaron marihuana. Entonces la pregunta que hay que plantear es ¿Existe alguna diferencia en el hecho de que el consumo haya sido recreacional o que sea medicinal? ¿O si ellos portaban 10 o 4 gramos de marihuana?
Hacer las cosas de forma adecuada no requiere de un gran esfuerzo, sólo necesitamos mirar realidades que ya han pasado por esto. Holanda es un ejemplo, con una política abierta hacia las drogas (no sólo con la marihuana), es un país que ha normado de forma efectiva.
Salida al mar
Chile no tiene nada que ganar y sí mucho que perder en esta litis. No podemos dividir el país territorialmente para darle el gusto a las pretensiones de perpetuarse en el poder de Don Evo. Hemos jugado a perdedores en todos estos litigios en la Corte de La Haya y basta de triunfos morales...
Estimado director de El Diario de Atacama: Quiero compartir una mirada distinta a lo que muchos ven como algo normal o cotidiano cuando un funcionario público hace un paro, una marcha o una manifestación.
Ambrosio Elizondo
Hay efectos nocivos que la marihuana de los que en este momento nadie está discutiendo, como por ejemplo el impacto que el consumo de marihuana tendrá en el ambiente laboral. Si la modificación a la Ley 20.000 es promulgada, el consumo de marihuana aumentará de forma sustancial y las consecuencias negativas que se producirán de manera inmediata, lo que puede causar daños o incluso muertes de trabajadores ajenos al consumo por el aumento de conductas de riesgo que el consumo de esta sustancia provoca.
Patricio Labatut
Estoy absolutamente de acuerdo con la posición de Jaime Ravinet. En la situación actual, es imposible ninguna solución a la manoseada pretensión boliviana de una salida con soberanía al mar chileno que no sea por la frontera norte con el Perú con la debida compensación territorial metro a metro. Agotada esta instancia, no hay más que conversar.
Jorge Fowler