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Acosta y su realidad con renuncia

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Por otra parte, desde que Chile es Chile y mucho antes, esta región ruda y pobre del planeta no ha sido lo suficientemente atractiva para migrantes que hayan decidido finalmente asentarse entre mar y cordillera; incrustándose así en nuestro acervo cultural un vacío desproporcionado en nuestra relación con forasteros que se alejen del fenotipo caucásico-anglosajón e indoeuropeo (ante estos últimos tendemos a ser más tolerantes, rayando en el servilismo), lo que trae aparejado reacciones de rechazo infundadas y estereotipadas.

Como en muchos ámbitos de nuestra institucionalidad sui generis, la convivencia entre individuos provenientes de culturas diferentes es un tema huérfano de las políticas públicas promulgadas en esta larga y angosta franja de tierra. Si tenemos serias dificultades para reconocer a los pueblos originarios con los que compartimos el mismo espacio geográfico, dudo que en nuestro "Estado isleño" se haya meditado alguna vez sobre migrantes y sus vastas implicancias.

La imagen del pequeño niño kurdo inerte en una playa turca abrió potencialmente la puerta a un número indeterminado de refugiados sirios a nuestro "país-isla". No muchos y seleccionados, es la consigna oficial. Lo que sinceramente espero es que aquellos que logren arribar a esta copia feliz del edén neoliberal, transiten su desarraigo e inserción con la menor cantidad de traumas ocasionados por la acción u omisión de una ignorancia y desidia endémica en nuestro trato hacia otras culturas, donde muchas veces nos encargamos de desmentir aquella imagen voluntariosa propuesta por el músico chileno y migrante Chito Faró en su vals "Si vas para Chile" hace 73 años en algún lugar de Buenos Aires.

¿Entienden lo mismo los dueños de casa (de un país)? Un sector de la sociedad equivocadamente suele rechazar (e incluso odiar) a los extraños al territorio por creer que arrasarán con sus tradiciones, costumbres y la estabilidad económica del país. Incluso, que se degenerará la convivencia.

El caso de Chile es complejo, porque aunque tenemos un amplio sistema de libertades (condenado a reducirse con "las reformas") aún ronda el fantasma que confunde el amor por la identidad nacional no respetar a los inmigrantes. Muros que la gente debe superar en tomar conciencia de que en la búsqueda en de plena libertad, respeto en la moral, progreso, prosperidad y paz requieren de una sociedad abierta a las diferencias de origen.

Señor director:

Una de las ventajas de vivir en el "fin del mundo" quizás sea el hecho que gran parte de las calamidades que afectan a una parte importante del mundo desarrollado o cercano a él llegan morigeradas y moduladas por la distancia y las impresionantes barreras naturales responsables de nuestro "aislamiento", como son un desierto como pocos, una cadena montañosa titánica y un océano que lo menos que tiene es ese carácter pacífico que le atribuyó un despistado español al toparse con él en Centroamérica. Por el contrario, una de las grandes desventajas de nuestro carácter "isleño" es esa tendencia porfiada a mirarnos el ombligo y pensar que estamos solos en este planeta, lo que sirve de base para la siguiente derivada mental en la que, debido a algún mecanismo cerebral curioso, llegamos a pensar y creer que somos mejores que otros pueblos.

Marcelo Saavedra Pérez, migrante

La tendencia natural de las personas en peligro en su país de origen, que desean iniciar una vida próspera y en paz, o que por cualquier motivo que quieren aportar a otra sociedad, espontáneamente tienden a elegir los países estables. Con un Estado de Derecho robusto y una autoridad limitada, que les puedan proporcionar seguridad para alcanzar su plenitud individual reflejado en una calidad de vida sobresaliente. Que explotando su creatividad e imaginación pueden lograr construir un punto de emprendimiento para aumentar crear riqueza en cualquier sociedad.

Sebastián Espíndola Yáñez, investigador Fundación Ciudadano Austral

La iniciativa del Gobierno de otorgar asilo a varias familias sirias es una loable iniciativa y una vez más nos retrata como un país solidario por excelencia. ¡Bienvenidos sean!. En lo personal, y aprovechando la citada iniciativa, sugiero que se podría incluir en ese beneficio a familias chilenas. Familias que sin estar involucradas en una guerra civil, lo están en una lucha social, pues viven en la pobreza y el abandono y la ayuda brilla por su ausencia.

Jorge Valenzuela Araya

Como una ayuda para los que aún intentan explicar la frase de nuestra Presidenta Bachelet de la "Renuncia...", se puede utilizar con lo ocurrido con Nelson Acosta, ya que dado el nivel de desaprobación que le tenía la hinchada de C.D. Iquique por los malos resultados deportivos, lo cual era una realidad indesmentible, los números no mienten, sin embargo la diferencia es que en este caso fue una "Realidad con renuncia"… ¿Se entiende mejor?

Luis Soler