Después de cinco meses de ocurrida la catástrofe en Chañaral parte de la comunidad recuerda que fueron cerca de un centenar de locales comerciales los que perdieron la totalidad de su mercadería y con eso muchas personas las que quedaron sin sus fuentes laborales.
Pero algunos de los locatarios, como Wilson Rojas, decidieron dejar de lado la burocracia y comenzar a levantarse solo, sin esperar ayuda gubernamental. Según comentó esa demora en los trámites retarda la reactivación, es por eso que se decidió. Con chicha y empanada abrió las puertas de su local a la espera de sus clientes. Así se hizo la reinauguración de la nueva panadería La Malvina.
Este empresario emprendedor recordó que en 1957 comenzó a operar el local y que posteriormente, en 1995, se convirtió en el administrador. Antes de la catástrofe del 25 de marzo en Atacama, en la panadería trabajaban cerca de 14 personas y hoy, al reiniciar sus labores, solamente hay dos puestos de trabajo. Por eso aprovechó la oportunidad para hacer un llamado a las mujeres que se encuentran sin un puesto laboral a presentarse en la panadería ya que la respuesta de los clientes hace pensar que el local volverá a ser el mismo de antes.
Al ser consultado sobre si ha recibido recursos por parte del Gobierno para levantarse nuevamente Rojas es tajante en señalar que no habría recibido "absolutamente nada" y todo lo que repuso lo consiguió por su esfuerzo. Agregó que como apoyo solo recibió una vitrina y una balanza por Chile Emprende.
Rojas dijo que de las veces que se ha caído el negocio se ha levantado solo. Por eso decidió dejar de considerar los llamados telefónicos por parte de las autoridades ya que no hay "nada concreto".
"Si vuelven a llamar les diré que ya no los necesito ya que me levanté nuevamente solo", señaló Rojas. En la oportunidad quiso mandar un mensaje a todos los comerciantes a quienes les recomendó no esperar y levantarse solos ya que si deciden esperar ayuda de las autoridades "se les pasara el tiempo y no se levantarán en el tiempo que ellos requieren".
El comerciante, administrador de la histórica panadería que tiene "las mejores marraquetas de Chañaral", agradeció a sus clientes por confiar en el trabajo de quienes quedan en su equipo.
Al consultar a quienes llegan hasta la Amasandería muchos coincidieron en que los primeros días de la catástrofe fue una prueba para el dueño de La Malvina. "No olvidamos cuando fue la catástrofe y existía necesidad y fueron estos dueños quienes no dudaron en entregar, es decir regalar su harina a la gente que lo necesitaba", dijo una de las clientas, quien recordó que muchos ingresaron a su local simplemente a robar. "Es por eso que la comunidad chañaralina vino en masa a responderle por su maravilloso gesto", señaló otra de las compradoras.
Fueron cerca de cinco los locales comerciales de Chañaral que por estos días abrieron sus puertas dando inicio a la reactivación económica del comercio.