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John Kerry: "Cuba estaría mejor servido con una democracia genuina"

ceremonia. El secretario de Estado encabezó el acto de reapertura de la embajada de EE.UU. en La Habana, al que asistieron más de mil personas.
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Medio siglo después de que Estados Unidos y Cuba rompieron sus relaciones en uno de los momentos más críticos de la Guerra Fría, la bandera del país norteamericano volvió a flamear en la embajada en La Habana.

El secretario de Estado John Kerry presidió ayer personalmente la apertura de la legación ubicada frente al Malecón, tres semanas después de que Cuba hiciera lo propio en Washington. El acto no contó con la presencia de los Castro ni la disidencia.

"Sabemos que el camino hacia unas relaciones plenamente normales es largo, pero es precisamente por ello que tenemos que empezar en este mismo instante", señaló Kerry en su discurso, citado por DPA, ante más de mil personas.

Muchos de ellos se protegían con sombrillas azules del sol caribeño o llevaban también abanicos con los colores de la bandera estadounidense.

Los tres ex marines que entregaron la bandera eran los mismos que la retiraron hace 54 años en la misma legación.

"No hay nada que temer", dijo también Kerry, que dirigió varias palabras en español a los invitados en el patio externo de la embajada. "Serán muchos los beneficios de los que gozaremos cuando permitamos a nuestros ciudadanos conocerse mejor, visitarse con más frecuencia, realizar negocios de forma habitual, intercambiar ideas y aprender los unos de los otros", aseguró el secretario de Estado.

diferencias

El jefe de la diplomacia del Gobierno de Barack Obama también pronunció durante su discurso palabras críticas que reflejan las diferencias que aún separan a Washington y La Habana.

"Seguimos convencidos de que el pueblo de Cuba estaría mejor servido con una democracia genuina, donde la gente sea libre elegir a sus líderes", expresó Kerry sobre el régimen castrista.

Kerry se convirtió ayer en el primer jefe de la diplomacia estadounidense que visitó Cuba en más de 70 años. Ambos países rompieron sus relaciones en enero de 1961, dos años después del triunfo de la revolución de Fidel Castro y en un punto álgido de la Guerra Fría entre los bloques capitalista y socialista.

"Estamos seguros de que este es el momento de acercarnos: dos pueblos ya no enemigos ni rivales, sino vecinos", dijo ayer el político estadounidense también en su intervención, en el que citó al héroe nacional cubano José Martí.

Kerry se reunió después en la cancillería cubana con su homólogo Bruno Rodríguez. Ambos celebraron el acontecimiento, pero exhibieron también las diferencias que siguen separando a ambos países, por ejemplo en temas de derechos humanos.

"Tenemos diferencias en nuestra interpretación de la historia", constató Rodríguez. "En algunas de ellas será difícil ponerse de acuerdo".

El canciller cubano replicó indirectamente a los comentarios de Kerry durante su discurso diciendo que la isla socialista también tiene preocupaciones por la situación de los derechos humanos en Estados Unidos.

Kerry, por su parte, respondió a las exigencias de La Habana de que el gobierno de Washington devuelva el territorio de la base naval de Guantánamo. "Eso no está sobre la mesa en este momento", sostuvo.