Tras el atentado que sufrió la imagen de la Virgen de la Candelaria y la figura de San Lorenzo, patrono de los mineros, diversas han sido las reacciones, ya que este no es el único atentado que se ha registrado en Atacama, a este último suceso se debe sumar la destrucción de una imagen religiosa a la salida del puerto de Chañaral, así como los ataques al Santuario de Santa Gemita a principios de agosto de 2014.
Consultado el rector del Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria, Francisco Javier Medina, en referencia a las agresiones de las cuales han sido víctimas los lugares sagrados y las imágenes religiosas de la fe católica, e religioso comentó que la comunidad católica se encuentra con mucho dolor y que incluso él durante este año fue víctima de amenazas.
Según el sacerdote se trató de un caso ocurrido durante este año y en el que participó un hombre indigente que llegó al santuario para exigir que el sacerdote le entregara ayuda.
Amenazas respecto a que si yo no le daba lo que me pedía mejor que no anduviera solo porque `te puedo quitar la vida´, así de fuerte. Ahí uno después se da cuenta que tiene que acompañar el dolor el sufrimiento, uno dice mira este hombre nadie lo escucha. Nadie lo escuchaba porque al final es el paso de Dios, es sentirse impotente por el dolor ante el mundo de la sociedad, el no tener justicia. Esa vez fue algo fuerte que yo viví, pero después también es el paso de Dios, o sea uno como sacerdote tiene que mostrar la misericordia y el perdón. Aunque ese sea un caso límite, el terminar dándole un abrazo a esa persona, al final uno dice mira me insultó, me amenazó, me trato mal, pero en todo momento yo quise mostrarle el rostro de Dios y que no era culpa mía. Hay una rabia contenida que realmente uno piensa este hombre no lo toma en cuenta nadie, ni la sociedad, no se le hace justicia porque era una persona que había estado en la cárcel.
No sé si hay algo de satanismo en esto, pero creo que hay que preguntarnos porqué pasa esto. A veces pedimos respeto y no nos respetamos, hay una rabia contenida en cada uno de nosotros, nos molesta la fe del otro, de ahí la importancia de la tolerancia, ser tolerantes con todo, con nuestra vida, con nuestros signos, poder escuchar también. Está lo que nos llamaba ayer a la reflexión nuestro obispo emérito el padre Gaspar que decía, dentro de sus preguntas, ese joven que hace esto ¿le enseñaron a amar a su madre? ¿le enseñaron a amar al otro?, entonces ¿Qué cosas pasan por ahí?
Nosotros hemos visto que a veces hay quienes quieren ayudarte y nos damos cuenta que al año solamente se han ayudado ellos mismos, entonces estamos tomando a la persona como objeto, para satisfacer nuestras propias necesidad. Entonces estamos utilizando y eso es doloroso, es triste. Somos personas, somos cada uno de nosotros hermano del otro nuestra fe el catolicismo nos mira como hermanos.
Ayer en el saludo el padre Celestino decía orar por él, ese es el amor al hermano que puede cometer errores, porque a veces hacemos el mal que no queremos hacer y no hacemos el bien que sí deberíamos realizar, entonces a veces hay incoherencia en nuestras vidas. Nosotros somos personas más que la suma de errores, Cristo nos invita a nosotros a reconciliarnos, a amarnos y a perdonar, o sea ¿cuantas veces tengo que perdonar? Hasta 70 veces 7, eso significa siempre. Para algunos significará locura, pero es la locura que hizo Jesús al entregar la vida en la cruz.
HECHOS SIMILARES
Respecto a la situación que ha ocurrido con varias imágenes en Atacama, el historiador Vidal Naveas cuenta de hechos similares y que pocos conocen. Un ejemplo de ello es una noticia que fue conocida a nivel nacional. Una persona entró a la Catedral de Santiago y tomó una vela dejada por los feligreses y prendió una imagen. Es una historia que no es ajena a los copiapinos ya que la figura provenía de Atacama. "Nuestras vírgenes están como castigadas por así decirlo, algo pasa en nuestra región, pero no lo podría explicar. Nuestra Virgen del Carmen que está en Santiago, era de la mina Chañarcillo y que casualmente también se llamaba Capilla del Carmen y fue traída por la familia Gallo y Ossa, ellos estaban emparentados. En 1938 vino el cura que era obispo de La Serena, José María Caro y por ahí se la tienen que haber llevado. La pusieron en la Catedral de Santiago y en abril de 2008 un loquito entró y la quemó también, esa virgen fue restaurada por un aporte anónimo", comentó Vidal Naveas.
Agregó que "algo pasa con nuestras imágenes sacras que están siendo maltratadas por personajes, la bestialidad está llegando fuerte a Atacama. En Santa Gemita una persona quebró todas las imágenes. Hace cinco años también quebraron la imagen de la virgen que está a la entrada de Copiapó, donde termina la Cuesta Cardone".