El Estadio Sausalito de Viña del Mar, inaugurado pocas semanas antes de la Copa América, quedó suspendido de forma indefinida para eventos deportivos por los violentos incidentes que provocaron seguidores de Everton y Santiago Wanderers en el clásico de la Región de Valparaíso, cuya gravedad impidió incluso el comienzo del duelo correspondiente a la segunda fecha de la Copa Chile.
El intendente de la Región de Valparaíso, Ricardo Bravo, dio ayer que "hemos resuelto que momentáneamente no se podrá ocupar Sausalito y que cualquier programación se hará coordinadamente entre las gobernaciones de Valparaíso y Quillota, en función de los intereses de seguridad y en función de los desplazamientos de la fuerza pública".
El jefe regional agregó que se aplicarán multas al cuadro ruletero por no cumplir las medidas de seguridad definidas para el encuentro.
"Habrá una serie de multas al organizador por el incumplimiento en la cantidad de guardias, en la cantidad de equipos para la detección de metales y en el proceso de control de identidad, lo que hubiese evitado el ingreso de personas con antecedentes", dijo Bravo.
El Tribunal de Garantía de Viña del Mar realizó ayer el control de detención de siete barristas de Everton y Santiago Wanderers involucrados en los incidentes en el reducto viñamarino. La formalización se postergó para hoy.
responsabilidades
El jefe del Plan Estadio Seguro, José Roa, manifestó que en el duelo el club organizador del evento no cumplió con la labor preventiva, lo que a su juicio derivó en los graves hechos de violencia.
"El Estadio Sausalito tiene evacuación a la cancha, son determinadas puertas y se le indicó al organizador que debía tener guardias de seguridad ahí, pero no había y pasó lo que pasó. El gobernador suspendió el partido antes de que los jugadores ingresaran a la cancha", dijo Roa a radio Cooperativa.
"A modo de ejemplo, solo para tenerlo contemplado, se le pidió al club organizador tener limpio el recinto, y esto no sucedió, lo que fue usado por este grupo de personas a la hora de entrar a la cancha", añadió Roa.
DEFENSA DEL LOCAL
El presidente de Everton, Antonio Bloise, se defendió diciendo que "nadie quiere hacerse cargo de los problemas de las barras porque seguramente no quieren enfrentarse a la gente. Este es un problema del Estado. No hay liderazgo y no hay intención".
El dirigente reconoció que el club viñamarino asumirá la responsabilidad tras la sanción, pero insistió en que "acá hay un problema social, profundo, del que nadie quiere hacerse cargo".
Para Bloise, "buscar hoy día resolver este problema dentro del estadio también es una fórmula facilista. Podríamos poner más rejas, que no llevemos barras de visita, podemos ir sumando cosas que suenen persuasivas para los delincuentes, pero las autoridades dan por entendido que con las multas se acaba todo y no es así".
A través de un comunicado, la Municipalidad de Viña del Mar dijo que el responsable de los desmanes del domingo en el Estadio Sausalito es Everton, ya que eventos dependen de quienes los organizan."La seguridad en los estadios es responsabilidad de quienes organizan los eventos, ellos deben cumplir con todas las exigencias contempladas en la Ley 19.327", afirmó la municipalidad. La entidad agregó que "una vez que se hayan evaluado los destrozos se procederá a hacer efectiva la boleta de garantía".
7
personas detenidas dejaron los incidentes entre los barristas de Everton y Wanderers el domingo.
3
de junio se reinauguró
el Estadio Sausalito para recibir algunos partidos de la Copa América.